-Nada...-. intentó convencerse más a él mismo que a mi mientras esconde el rostro entre sus manos, un leve roce de mi antebrazo con su gran herida le provoca hacer una mueca que me rompe el alma
-Phill, por favor dime que te pasó-. rogué secando unas lágrimas revoltosas que habían escapado de mis ojos
-Princesa, por favor, sólo fue un rasguño
-¿Un rasguño?, ¿Un jodido rasguño Phillip?, Deverias buscar una mejor excusa e ir al hospital ahora mismo-. Respiro calmadamente para no lanzarme sobre él y obligarlo a decirme que fue lo que le pasó, un suspiro se escapó de mis labios y lo miré profundamente-. ¿Quién te lo hizo?, ¿En que estás metido?, ¡Joder Phillip, es una herida de una puta bala, no soy estúpida!-. grité haciendo que se sobresaltara un momento y retrocediera un paso para poder mirarme
-No fue nada, Amy, por favor, sólo ayudame a curarla, por favor...-. Susurró casi inaudible, fue en ese momento que caí en la cuenta que estaba aún agachada en el suelo, me acerqué a tomar el botiquín que estaba tirado en el suelo y que por suerte no se habia abierto, le hice sentarse, tomé algodón, agua oxigenada y comencé a limpiar su lastimada pierna; Cuando terminé, hice el mismo procedimiento sólo que esta vez con alcohol para desinfectar más profundamente, ganandome gruñidos y gemidos de dolor por su parte, finalicé cubriendo casi todo su muslo con bendas para que no se infectara y no sangrara en algún caso extremo...
-Ya está-. Me senté junto a él-. Ahora mírame, que te tengo que curar el labio-. demandé tomando su rostro por ambas mejillas, de lo cual me arrepentí porque tenía lleno de moretones-. Lo siento...-. Miré el suelo avergonzada
-No importa, prosigue con tu curación, enfermera-. Dijo con su voz más grave de lo normal tomando mi cintura, haciendome quedar en una pocion bastante incomoda ya que estabamos sentados uno al lado del otro y yo girada brevemente hacia donde él se encontraba para tener una mejor visión de sus golpes; Pareció no importarle que me removiera entre sus fuertes brazos tratando de zafarme de su agarre
-Tengo que curarte el labio-. Le recordé a un centímetro de su cara
-¿Recuerdas cuando te mordiste el labio tan fuerte que te sangró y yo te lo curé besandote?-. bajé otra vez mi mirada recordando perfectamente como fue que eso sucedió, un leve ardor en mis mejillas me informó que estaba sonrosada-. Me encanta como te ves así, siento que te pongo nerviosa... Y me gusta eso, ¿Por qué no me curas el labio como yo lo hice contigo, Princesa?
-Phill, vamos, suéltame, no quiero que se te infecte-. Me separé con un poco de esfuerzo y cinco minutos más tarde logré desinfectarlo correctamente-. Como nuevo-. Pronuncié suave y lento orgullosa por mi trabajo recién echo
-Veamos si es cierto-. Dijo para inmediatamente chocar nustras bocas y sin tardanza también nuestras lenguas, le dí un empujón suave y se me escapó una carcajada seguida de mi mano limpiando mi boca-.
-Uhg, esto no es una película romántica y esas cosas que usé para limpiarte saben mal-. y seguido de una mueca, me paré del sillón cayendo a este de inmediato por el jalón que me dió mi "hermanastro", sus dañados labios se estamparon con mi cuello y un gemido agudo salió de mi garganta
-Pero te encanta mi boca... y ya quisieras saber todo lo que puedo hacer con ella-. Habló pegado a mi sensible cuello que al sentir las vibraciones de su ahora ronca voz, hizo que mi cuerpo temblara y un placer que creo no haber sentido nunca apareció revolucionando mis hormonas, un mordisco me hizo dar un leve brinco y suspirar pesadamente
-Phillip, creo que no es el momento...-. me interrumpió succionando esa zona que descubrí, es tan sensible en mi cuerpo y un jadeo y un impulso me hicieron cambiar de roles, coloqué mis piernas a cada lado de las suyas sin tocarlas para no hecerle daño y quedando más alta que él, lo besé sin siquiera preocuparme si le dolía o no, la clara respuesta fue un gruñido desde su garganta y sus manos tomando mis caderas presionandolas con las suyas, bajé mi cara a su cuello, y sin pensar, mi lengua lo recorrió para segundos después succionar y morder tal como él lo habia echo, su reacción fue echar la cabeza para atrás y darme más acceso a lo que estaba haciendo, junto con un gemido que sólo logró exitarme y saber que no podría parar
ESTÁS LEYENDO
Amor Al Cuadrado
Подростковая литератураPara Amy, las matemáticas no sólo sirven con números. Ya no es simplemente sumar o restar, multiplicar o dividir, ahora profundizaron es su vida, de una manera... Peculiar...