«¡Taehyung! ¡Te quiero!»
Taehyung no sabía decir te quiero, para él era un imposible, y sobretodo cuando se trataba de su amigo de la infancia. Jimin, por el contrario, era una persona muy asidua a decirlo, y sobretodo cuando se trataba de su adorad...
— ¿Pero por qué te cuesta tanto? —el bajito hizo un ligero mohín, aún estando tumbado boca arriba en la cama del menor mientras miraba a la pantalla del ordenador entretenido, mirando como su amigo jugaba a Overwatch.
— ¿Vas a insistir de nuevo? —suspiró Taehyung mientras trataba de concentrarse en no ser derrotado por alguno de los otros jugadores de la partida.
— ¡Insistiré las veces que hagan falta! —comentó dándose la vuelta en su cama, pudiendo así ver como Yeontan reclamaba ser subido a sus brazos desde abajo de la cama.
No tardó mucho en cargar al cachorro en sus brazos, poniéndose a jugar con él divertido. El pequeño Tannie era bastante adorable y Jimin no podía evitar pasarse el tiempo consintiendo al pequeño animal, a veces incluso más que a Taehyung.
— No lo sé, Minnie, simplemente no sé decirlo —respondió al mayor, aunque sabía bien que aquella respuesta no satisfaría a su testarudo mayor.
— ¡Pero si es sencillo! —infló ligeramente sus mejillas y acabó por dejar que Yeontan se acurrucara adormilado en las sábanas de su dueño.
— A ti te resulta sencillo —corrigió el rubio, aún manteniendo toda su atención centrada en el juego.
— Porque es sencillo, mira —el peliazul se acercó por detrás al menor y lo abrazó sorpresivamente por sus hombros—: Te quiero, Taehyung-ah —murmuró con una sonrisa de oreja a oreja, por lo que sus ojos desaparecieron en finas líneas.
El sonido del personaje siendo matado por uno de los del equipo contrario, se adueñó del silencio posterior.
— Eres un idiota —murmuró el menor apoyando su mentón delicadamente sobre los brazos del bajito.
Solo obtuvo una angelical sonrisa como respuesta.
— ¡Jimin! ¡Tu madre ha venido a buscarte! —la voz de la madre de Taehyung se adueñó del silencio y acabó por separar lentamente sus brazos del cuerpo ajeno.
— ¡Voy! —respondió el mencionado y no tardó en colgarse la maleta del instituto en uno de sus hombros. — Nos vemos mañana en clase, Taehyungie —y dicho aquello salió disparado de su habitación, no quería que su madre se molestara por esperarlo tanto.
Cuando Taehyung estuvo solo en la habitación, acabó por apagar el ordenador e irse a tirarse en la cama, mirando al techo. Su móvil vibró y alargó su mano para ver de qué se trataba, deteniéndose antes en mirar el fondo de pantalla que tenía de él y su amigo de la infancia, fijándose en este último.
— Te... Te q... —comenzó a murmurar y acabó por chasquear la lengua. — Menuda gilipollez —exasperado, dio media vuelta en la cama, tirando el móvil por cualquier rincón perdido.
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¡Bienvenidos!
Tengo bastantes ideas divertidas para llevar a cabo esta historia y, la verdad es que estoy por exponer mucho de mí en esta historia que tanto cariño le tengo, espero que de ahora en adelante os guste tanto como a mí escribirla.
