CAPITULO 15: Tocar fondo como yinn (2)

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Les presenté, y hablamos un rato. El año pasado, cuando Yulen con los demás miembros del grupo habían estado allí, no se habían cruzado nunca con el monitor ni habían bajado a las sesiones de entrenamiento, así que ahora le ofrecí a Yulen esa opción como parte de su plan de descanso y desconexión. Le pareció una idea excelente. Mientras Betsabé, solícita, se ofreció a llevar el equipaje de Yulen a su cuarto, Andrés se despidió educadamente, y se encaminó a la puerta ojival de Dar Annafura. Entonces, estando ya a solas, tras seguir al monitor con la mirada hasta que estuvo ya lejos, Yulen se expresó sin tapujos:

– Madre mía, madre mía... ¡tremendo machote! Oye, ¿y tienes a un tío así aquí, viniendo a tu casa diariamente, sabiendo cómo es Betsabé? Qué aplomo el tuyo.

Me mostré asombrado:

– ¿Qué pasa con Andrés? Yo lo veo de lo más corriente. Betsabé no tiene interés alguno en él, le gusta como entrenador y punto.

– No, verás, no es un guapazo que tire de espaldas, pero irradia tal masculinidad que al saludarle, he tenido una erección.

Cerré los ojos, algo conturbado. "Wallahi, cómo viene este", pensé. El continuó hablando con desparpajo:

– No leconocía personalmente, pero lo cierto es que la otra vez que estuve aquí, unpar de veces, al levantarme y asomarme a la ventana, lo vi duchándose ahí en lapiscina pequeña que tenéis detrás. Yo me frotaba los ojos, menudo espectáculo.

Pues sí que tenía público Andrés con sus duchitas. Procurando disimular mi mosqueo, le dije:

– Ya, bueno, tiene un buen cuerpo, lógicamente, yo soy muy flaco, pero vamos, que no creo que en guapura, se pueda comparar conmigo, seamos honestos.

Yulen se rió ante mi pique:

– Eso es siempre cuestión de gustos, amigo. Además, si Betsabé está loca por ti, no tienes nada que temer.

Fue entonces cuando se me ocurrió: la humillación total. Hacer que el mundo de Andrés se resquebrajara entero. Porque le detestaba, no podía más, disimulando día tras día, poniéndole buena cara, habiéndome incluso tenido que ver en la situación de pedirle disculpas. Sabiendo que si él así lo hubiera querido, Betsabé hubiera caído a sus pies. Temiendo que eso aún pudiera pasar, si a él le daba por cambiar de opinión. Y de paso, castigar a Betsabé que siempre, por un motivo o por otro, se lo merecía, pero básicamente, por ser mi tormento constante. Yulen podría ayudarme en eso. Necesitaría un par de trucos, quizás, pero... podía resultar. Aunque debía admitir que semejante comportamiento estaría... mal.

– Eh, Karim, qué pasa. Te has quedado como ensimismado...

– ¿Hm? No, nada, nada... eh...– Desplegué una sonrisa: – Oye, y los demás del grupo, ¿por qué no se han venido?

– Calla, –respondió poniendo una súbita cara de fastidio: – ... que era una de las cosas de las que quería tomarme vacaciones, de mi grupo. – Nos dirigimos al interior de la casa: – En serio, tío: qué locura. Qué locura.

Karim, Alma de Fuego (2ª parte). Capítulo 15.Where stories live. Discover now