1.

78 8 0
                                    

–Es la tercera de esta semana, Yoongi... –dice un cansado Namjoon del otro lado de la línea.

El frío invernal de diciembre hace presencia cuando una ráfaga de viento golpea y provoca el color de las mejillas y nariz de Yoongi se vea enrojecido. El parque Yeouido no era la mejor opción para salir a caminar en estos climas, el rio Han se veía completamente congelado desde el sitio donde se había dispuesto a fumar un cigarrillo antes de partir a Daegu. Pero no camina, sus pasos se congelan al igual que lo hacían sus dedos sobre la bocina del móvil. Se había quedado estático ante la afirmación de su antiguo compañero de investigación y amigo, quién parece alarmarse ante el súbito silencio.

¿Quién puede asesinar a tantas personas en tan poco tiempo sin ser descubierto?

–¿Sigues ahí? ¿Te congelaste o caíste al rio?

–¿Cómo demonios sabes que estoy en el rio?

–Te conozco, quizá demasiado.

Ahí tenía un punto.

Ríe, más para aliviar la tensión que para mostrar alguna diversión. Escuchaba las voces de los policías e investigadores que acompañaban a Namjoon, escuchaba algunos llantos y alaridos y podía sentir esa pesadumbre en el cuerpo de todos los presentes. Estaba en la escena del crimen. Y era una pesadilla.

–¿Qué es lo que quieres de mí?

–Te quiero aquí, apoyándonos en esta investigación.– Bastante obvio.

–Sabes que estoy suspendido, el último caso se me salió de las manos, no puedo ayudarte esta vez, Namjoon...

El recuerdo de ese último caso y el cómo sus sentimientos y corazonadas le habían llevado a empatizar con la familia y afectados del agresor, hicieron que lo que parecía un caso cerrado exitoso se convirtiera en una auténtica pesadilla para el ministerio público por las demandas de la comunidad a favor del acusado y para el pálido, quién además de perder credibilidad, perdía un puesto por el que había luchado años. Ese recuerdo que aseguraba traer un mal sabor de boca qué, a pesar de haber pasado un tiempo, aún sentía en la punta de la lengua.

Sí, era un fracasado.

–Maldita sea, Yoongi, supera el pasado. Eres el mejor detective del gabinete y lo sabes, no dejes que un fracaso nuble tu cabeza.– resopló frustrado.

Y no lo culpaba, incluso el joven detective estaba harto de su actitud pesimista.

Suspiraba, atento a la manera en que el vaho se deshacía con los cortos segundos en que, por fin, se disponía a hablar. No estaba demás un caso, añadiendo que quizá éste podría ser mi salvación en el ministerio y, devolverme esa posición que tanto me pertenecía.

–¿Cuándo te veo?

–Esta noche, dónde siempre.– y colgó.






[...]






El lugar estaba hecho un caos. Todos los peritos, forenses y policías en una misma sala de despacho. Algunos avisando la llegada de evidencias, otros tantos gritando la falta de la misma para trabajar.

Namjoon pasó casi por encima de todos ellos con autoridad, guiando al contrario hasta donde parecía, ser su nueva oficina ahora que su rango era más alto.

–Perdón, por todo ese ruido allá afuera...– musita sentándose en un sillón negro acomodado pulcramente contra una pared color gris. Un cuadro con imágenes sumamente escalofriantes yacía sobre de su cabeza, mostrando a una mujer desnuda con lo que parecía ser el cuerpo sin vida de un niño. El gesto de la mujer era tan angustiante, que Yoongi no pudo evitar mas que pensar que éste era un auténtico cuadro de *Edvard Munch.
El cuarto en sí, gritaba la inteligencia y autoridad que Namjoon poseía.

Inocente || (Yoonkook/Kookgi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora