10.-Mi pequeño Kwannie...

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Su cuerpo temblaba constantemente debido a las altas temperaturas que se mostraban dentro de aquellas cuatro reducidas paredes, haciéndolo encogerse por completo en la desgastada colchoneta que se encontraba sentado.

Todo su cuerpo entero dolía, sin embargo, mentalmente comenzaba a acostumbrarse a él hasta el punto de asustarse por eso. Su cabeza estaba en blanco, con su vista fija en algun punto de la oscura habitacion mientras arañaba debilmente la colchoneta en la que se encontraba.

Podia sentir como su estomago se contraia, seguramente exigiendo comida, que ciertamente no recordaba cuando habia sido la ultima vez que lo habian alimentado, al igual que sentia su garganta completamente seca.

Byeongkwan optaria por dormir un rato para que el hambre desapareciera en ese lapso, sin embargo, llegaba un momento que eso ya era imposible.

¿Por que estaba allí? Un pequeño castigo, cortesía de Jae Young por negarse a entrar a su habitacion hace algunas semanas. ¿Se arrepentía? Por supuesto que sí.

Su cabeza vagaba en la nada, intentando recordar si era de dia o de noche, si hacia calor o frio, que dia o hora era, sin embargo, sabia que intentar recordar esas dos ultimas cosas seria imposible.

¿Si quiera recordaba quien era él con claridad? No.

Las únicas palabras que taladraba en su cabeza podrian ser facilmente contada con los dedos de sus manos.

"Ser obediente" "Jae Young" y "Kwannie"

Esas eran las cuatro únicas palabras que permanecían tatuadas constantemente en su cabeza y las únicas a las que habia necesitado aferrarse con fuerza para no caer en la completa locura.

Kwannie tenia que ser obediente a todo lo que Shim Jae Young pidiera.

Incluso habia llegado a ese punto donde la palabra "libertad" estaba completamente prohibida en su vocabulario, habia dejado de intentar escapar desde los primeros tres meses que llevo encerrado allí, era imposible salir de esa enorme mansión llena de puertas, pasadizos secretos, guardias en cada centímetros, cámaras hasta en el rincón menos pensado, y lo mas importante...La misión estaba rodeada de un gigantesco bosque.

Los castigos habian destruido cualquier esperanza de escape, habian acabado con cualquier pensamiento o recuerdo que quedaban de su vida. Shim Jae Young le habia demostrado que podia mostrarle el jodido infierno sin si quiera haberlo matado antes para lograrlo.

Apenas y pudo percibir los leves pasos que se escucharon resonar por los pasillos, sacándolo de su propio infierno en su cabeza al escuchar las llaves abriendo su puerta.

En cuestión de segundos el pequeño chico de mejillas regordetas y lunar debajo del ojo apareciera frente a él con dos tipos detras.

-Prepárenlo.-Dijo unicamente para salir de allí.

Ni siquiera puso alguna resistencia cuando lo tomaron como a un costal de papas, pues se encontraba lo suficientemente debil como para si quiera pensar en ponerse a lloriquear.

Todo paso demasiado rapido, o tal vez era él quien perdia la conciencia por pequeños lapsos de tiempo, viendo como lo subían a la mansión, cegándolo por un momento por el atardecer que se escondia lentamente, despues estar en aquella habitacion y escuchar un "Jae Young lo quiere".

Por un momento, una pequeña sonrisa sin gracia atravesó en sus labios. Sabia lo que pasaría, y le aterraba sentir aquel alivio al saber que Jae Young se aprovecharía nuevamente de él...¿Por que? Fácil, eso queria decir que el mayor le habia le habia levantado el castigo.

Cuando menos lo pensó, una de las cocineras lo alimentaba, lo limpiaban, lo arreglaban y dejaban dentro en la cama perteneciente de aquel monstruo.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2020 ⏰

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Don't let me fall-[A.C.E]-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora