Tu mirada.

37 5 0
                                    

Recuerdo tu mirada, era una mirada triste, pero a su vez penetrante, no hablabas mucho, salir menos. Comence a hablarte buscando cualquier excusa, que si me prestabas una goma, un lápiz, una tijera, una regla o una lapicera. Solía tratar de interactuar diciéndo algo gracioso, a lo que contestabas con una mirada fría y seca. Intentaba sacar cualquier tema como por ejemplo si habías traído la tarea, que habías desayunado o que habías hecho el día anterior. Con el tiempo te fui conociendo y noté a lo lejos que te gustaba un chico, Colorado le decían, para molestarte te jodia y vos te enojabas, todavía recuerdo a nuestra amiga decirme
_: Cortala porque te va a meter una piña.
Era mala la enana, va mala por fuera, porque por dentro era un algodón de azúcar, empalagosa como dulce de leche y loca como mina recién salida del manicomio. Eso sí, tenía un corazón de oro, yo diría un corazón muy grande para un cuerpo tan pequeño. Y pasaron los años y con el tiempo te empecé a querer  cada vez más, hasta llegar al punto de amarte incondicionalmente, hasta llegar al día en el que te bautice mi duende de la suerte.

Ella se convirtió en mi primer estrella.
Siempre la considere como una de las más resplandeciente. Su brillo ilumina la vida de las personas que tienen el privilegio de su presencia. Es esa estrella que nunca te abandona, esa estrella que te hace feliz.
La he visto sonríe más  de mil días y gritar desde lo alto como una loca. He grabado en mi memoria su forma de reír como una psicópata. La he visto desplomarse contra el suelo por cada caída y llorar más de diez mil horas. Y me siento afortunada por haber presenciando todas sus facetas, la vi equivocarse, arrepentirse, aprender, reír, derrumbarse, en fin la vi crecer. Aprendí mucho en los años compartidos, principalmente a no rendirme.

Relatos de un sueño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora