Naruto: La reencarnación de Un demonio.

Capítulo 2: Conociendo a mi inquilina.

Los niños son egoístas, ¿no lo creen? Ellos simplemente piensan en sí mismo, si sus padres no le compran lo que ellos quieren, ellos desearían que sus padres no existieran, porque ellos creen que sus padres solo sirven para cumplir sus caprichos, pero eso no eran los pensamientos de nuestro protagonista pelo naranja, para nada. Lo único que él quería era el aprecio de sus padres y convertirse en Hokage para que los aldeanos le tengan respeto y no lo traten como a un monstruo.

Aunque no todo era malo para el pelo naranja en su vida, o por lo menos eso pensaba, el tenía a los de Ichiraku que le daban ramen como alimento y lo mejor de todo era que no pagaba nada de las comidas que le servían, aunque siempre le dolía el estómago después de comer cualquiera de estas. También tenía tres amigas: Ino, Hinata y Satsuki, ellas fueron las únicas que se acercaron al pelirrojo para jugar con él y hablarle como a un amigo.

Pero ahora mismo nada de eso importaba, el pelirrojo estaba en un charco de su propia sangre, tan roja como el pelo de una Uzumaki, él estaba quemado completamente, prácticamente irreconocible. Pero mágicamente se estaba curando con una energía oscura que Salía de él. Pero él no se daba cuenta de esto, porque Naruto estaba en su espacio mental.

ESPACIO MENTAL DE NARUTO.

Naruto abrió sus ojos, con temor, porque él sabe que todavía no ha muerto y puede ver a un aldeano que este inmediatamente pueda rematar a Naruto. Así que con el mayor temor del mundo el abre sus ojos, desconcertado porque literalmente no sabe dónde está ahora mismo.

-Me arrojaron a una alcantarilla los malditos- Pensó Naruto un poco enojado,

Ahora mismo él estaba en una alcantarilla gigante, o por lo menos él pensaba eso, el lugar era oscuro y tenebroso, estaba un poco iluminado, el suelo parecía agua (Aunque podría caminar sobre este suelo) y el lugar era muy gigante, pero parecía que conducía a alguna parte, así que empezó a caminar hacia adelante.

Estuvo como cinco minutos caminando, pero al final llego a su destino, ahora había más luz que antes, pero lo que hizo que el pelirrojo se sorprendiera fue una jaula, era una jaula gigante, era como el doble de altura de la torre del Hokage o más incluso, Naruto estaba desconcertado y curioso, no sabía porque había una jaula de ese porte en una alcantarilla o incluso que había dentro de esta, esas fueron algunas preguntas del pelo naranja antes de que una voz tenebrosa lo sacaran de sus pensamientos.

- ¿Qué quieres humano? – Dijo una voz tenebrosa como la misma muerte en el lugar.

- ¿Qui-Qui- en eres? – Dijo esto con temor Naruto, no sabía quién había dicho esa tenebrosa pregunta, pero si sabía que la persona que los había dicho estaba en el mismo lugar que él.

-Mira dentro de la jaula - Dijo esto la misma voz tenebrosa de antes.

Naruto obedeció y sin importarle nada miro la jaula. Lo que vio lo sorprendió más todavía, dentro de la jaula había unos ojos de color rojo sangre de pupila rasgada, eran como los ojos de un animal, no eran, son los de un animal.

Los ojos miraban a Naruto de pies a cabeza, Primero con enfado, pero después la mirada paso a ser una de comprensión, después de observarlo un segundo exclamo:

- ¿Por qué no me tienes miedo Humano? – dijo esto con un tono más amigable que antes.

- ¿Porque debería tenerte miedo? – lo dijo Naruto con una expresión calmada, era verdad, por algún motivo Naruto no le tenía temor a esos ojos, su instinto le decía que eran confiables.

Después de que el pelirrojo dijera eso, no solo se le podía ver los ojos al ente sino también el cuerpo. Era un zorro gigante de pelaje naranja, pero al contrario de los demás zorros este tenía nueves colas en lugar de una.