Mis lágrimas ya no pueden ser secadas por el frío viento.
La lluvia ya no cesa en este otoño continuo.
Las olas ya no chocan contra las enormes rocas.
El mar ahora es más bonito que como lo vi antes.
Las sonrisas dejan atrás el enojo y la ira.
Dícese consanguíneo, pero nunca fue verídico.
El sonido producido por el oboe de amor es más dulce que la miel.
Aflicción en esta afección es lo único encontrado.
Ribetes enamorados asoman en los vocablos salientes de sus labios.
Embuste conocido o por conocer.
Las estrellas ya no son tan brillantes, ni expléndidas.
Nunca más quise observarlas.
Esta inquina generada que no puedo ignorar.
