Capítulo 2

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-No.

-¿En serio M?

-No creas que por preguntar a las siete de la mañana no proceso la información.

Quizás debí apuntar el despertador en su dirección...

Antes de separar los labios y volver a insistir pasa por mi lado, ignorándome. Eso es hasta que paso por la puerta abierta de mi habitación. Frunce el ceño en desaprobación. -¿Rompiste tu despertador?

El pobre no sobrevivió...

La sigo escaleras abajo, hacia la cocina donde comienza a preparar jugo de naranja.

-Ira Celine... y algunos compañeros del colegio. -Ni loca le digo que irá la mitad del colegio y menos que los de último año organizaron todo. La respuesta no sería diferente a la que ya me dio. Ignorando mi súplica deja el vaso frente a mí. -¿Podrías considerarlo?

Quizá sea una decisión que requiera la autoridad de mi tío pero como esta en uno de sus viajes de negocio, ella tiene esa responsabilidad.

Pasa a la preparación de wafles, midiendo y mezclando rápidamente los ingredientes, ignorándome.

-M si no voy Celine tampoco...

-¡Claro! -dice irónicamente, pasando la masa a la waflera. -está no es la primer fiesta que ella te invita y por supuesto no sera la primera que irá sin ti. Ahora ve a cambiarte.

Oh cierto aun seguía con la ropa de dormir. -¿Me llevarás?

-Tengo un encargo antes de ir al trabajo pero te dejare cerca. -Ademas de cuidarme, trabaja de enfermera por lo que tiene la agenda ajustada. Deja un plato con wafles recién hechos y el jugo de naranja frente a mi. -Estaré en casa cuando llegues. Ahora apresúrate o llegarás tarde.

Termine de recoger mi cabello, frente al pequeño espejo de entrada. Alise mi uniforme y ajuste la mochila en los hombros. Mientras M seguía gritando, desde algún lugar de la casa buscando las llaves.

Cruce la puerta buscando a Celine que me esperaba en mi lugar. Apenas me vio, sus ojos me regañaron y supe el motivo al oír que el profesor iba por la letra C. Agradezco que mi apellido comience con W.

En cuanto término de pasar lista, no la soltó. Agudice mi visión como un Alcón. Eso significa...

¡Dios de las injusticias! ¡Otra vez no! 

Ni siquiera el profesor Bender me tortura tanto.

Afortunadamente no me nombró, así que pude volver a respirar como cualquier otro ser humano.

Mirando por la ventana, llegan a mis oídos las ultimas palabras de la estudiante al frente. Al mirar a mis demás compañeros supe que también tenían la misma expresión. Sus bocas marcaban una perfecta O. Es que tuvo que tener un diccionario al lado para redactarlo. Palabras que no comprendía explicaban su teoría sobre la unión de neuronas.

Celine me tira un lápiz que casi aterriza en mi ojo.

-Esperemos que el costo de redactarlo no fuera demasiado.

Las clases de la mañana pasaron corriendo. Cuando me di cuenta llegola hora del almuerzo. Se podía sentir entre los distintos olores de comida y la cantidad de estudiantes amontonados en el comedor.

Al llegar a la mesa que comparto con Celine, me limito a mover el tenedor por el plato y escucharla hablar sobre su vestuario del sábado. Hasta que se unen un grupo de tres chicos. Entre ellos está ÉL chico. Aunque solo es uno de los chicos en que tenia un pequeño y suficiente interés pero ÉL es quien más capto su interés.

Promesas o DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora