Capítulo 4

268 112 39
                                    

Primer encuentro

Sentí las pequeñas y probablemente primeras gotas caer sobre mi frente. Las nubes grises cubriendo el cielo prometían no filtrar un solo haz de luz solar. No obstante había algo extraño en el ambiente, además de la neblina inundando todo, dificultando la visibilidad.

Mis piernas comenzaban a entumecerse, tras forzarlas a avanzar, mis talones dolían a cada paso pero no podía detenerme.

Aun así suelto una pequeña risa en plena calle porque aunque hubiera prestado atención al pronóstico, no usaría un paraguas, los odio.

Pronto las gotas se convirtieron en grandes charcos alrededor de las calles terriblemente inundadas con personas apresuradas. Distintos colores de cabellos, distintos tipos de ojos, distintas formas de caminar. Voces provenientes de diferentes direcciones, susurran al pasar. No entendía ninguna palabra, no reconocía ninguna voz. Las bocinas de autos impacientes se alzaban.

Aturdida, me abrí camino entre la multitud. Concentrada en el movimiento de mis zapatillas que no lograban que mi velocidad fuera la mejor y menos con el suelo mojado.  Pensando en que no evitaría ser atrapada. Es por ello que quizás no logre notar a la figura aproximándose.

Y lo sentí, un fuerte impacto contra mi hombro. Como si un muro de repente se formará, frente a mí.

Abrumada, me quede con la boca abierta mientras acomode la correa de mi mochila, de nuevo sobre mi hombro y voltee hacia la figura aparentemente humana.

La alta figura, tenia las manos dentro del bolsillo de su sudadera, encima una mojada chaqueta de jean. Su rostro es todo un misterio, no solo por traer la capucha, si no que además traía una gorra, cubriendo su rostro, haciéndolo lucir un poco intimidante y enigmático.

Las personas alrededor ni siquiera parecen notarlo, lo rodean como el agua a una roca. Me quedé observándolo, con la esperanza que se disculpara pero solo se quedó allí, como una estatua. Mirándome.

Me tome el tiempo de llevar un poco de aire a mis pulmones, el aire frio y seco reboto contra mi garganta. Intente que me saliera la voz, o al menos emitir algún sonido. -Yo... -murmure y de inmediato él retrocedió. Como si aquello fuera una sorpresa inesperada. Finalmente separo los labios, a punto de decir algo, una disculpa quizás. En cambio bufo con notable enojo. Acto seguido se volteo para seguir caminando.

Cerré los ojos con fuerza, durante unos segundos y antes de pensarlo dos veces, solté-. Disculpe. -Creí que me ignoraría y seguiría caminando pero no fue así. Se volteo al instante. Y ese brusco movimiento dejó al descubierto parte de su rostro, permitiéndome verlo por primera vez.

Lo observó a detalle con la esperanza de encontrar algún nombre relacionado con ese rostro...

Mi cuerpo se paralizó, incluso deje de escuchar los sonidos alrededor. Un extraño frío me recorrió la piel hasta asentarse en la punta de los dedos. Sentí un desconcierto extraño por dentro como quien esta frente a una ilusión. La visión de su rostro me golpea como un látigo, él también parece notarlo, ya que su mandíbula se tensa. Inclino la cabeza levemente hacia un lado para no mirarme de frente.

Aquel chico no respondió, se quedo mirándome o simplemente parado dado que no podía  verlo verlo.

Hasta que noto lo que hace, está estudiándome. Quizá hable bruscamente, quizá utilice un tono altanero o quizás... no lo sé. Todo en él, su postura, la forma en cómo su pecho sube y baja a cada respiración, provocan miedo. Era intimidante, con una pizca de lo único que podría identificar como enojo.

Me fijo en sus botas, negras, con ligeras salpicaduras de barro fresco en las puntas. Entonces se tensa. Apreté más el cuaderno contra mí. Comencé a temblar como si no tuviera control sobre mi cuerpo, quizás por el frío filtrándose por el delgado material de uniforme que no ayudaba en nada para mantener el escaso calor de mi cuerpo a una temperatura humana normal.

Promesas o DecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora