Capítulo uno || Erick en busca de amor.

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Zabdiel miraba con atención, como su amigo buscaba desesperado entre toda la ropa regada en la cama, algo decente para salir y toparse con su persona indicada en la fiesta que la escuela había organizado para esa noche.

07: 33: 9 horas. Era el tiempo que faltaba para conocer a la persona que esperaba por él.

—¿No te parece exagerado? —preguntó el rubio y Erick paró su búsqueda para mirarle— Son la una de la tarde, tienes cuatro horas aún para buscar algo cool, y tres más para encontrar a tu amor...

Sí, la intención de Zabdiel no era ir por el mundo rompiendo corazones, diciendo que el amor no existía.

Erick lo miró serio unos segundos, y finalmente rodó los ojos antes de reír con burla.

—No molestes, estás celoso porque siendo menor, me llegó primero el amor.

—Si es por meses no cuenta.

Erick sonrió, rebuscando de nuevo entre la ropa.

—Sí, bueno —sacó una camiseta blanca con letras negras Vans y la colocó en su hombro para seguir con la búsqueda de un pantalón—. ¿De verdad no irás?

—Seguro quedaré olvidado cuando encuentres a quien sea que tengas que encontrar —era un pretexto real—. Y ya sabes, las fiestas no son lo mío.

El ojiverde sacó un pantalón negro de mezclilla y lo colocó también sobre su hombro, tirando bruscamente todo lo demás de vuelta a su armario.

Se giró y se sentó frente a Zabdiel, tomando con suavidad sus manos. Eran mejores amigos, pero se sentían hermanos.

—Yo sé lo que sucede, pero aunque me gustaría que me acompañaras por si algo sale mal —bajó un poco la mirada, y volvió rápidamente a Zabdiel—, voy a respetar tu decisión.

—Erick, gracias, sólo puedo decirte que estaré atento al celular por la noche por si te ves en la necesidad de llamarme —el chico asintió.

—De igual forma —habló Erick, sonriendo levemente—, queda abierta la invitación. Por si quieres venir y que comprobemos juntos que estos "estúpidos números" no se equivocan.

Zabdiel soltó una risita y se abalanzó sobre Erick, abrazándolo con fuerza.

—Te deseo suerte, hermano.

—La tendré sólo si lo deseas de verdad —sonrió aferrándose también al abrazo—. Yo desearé con el corazón, que el destino te dé una lección.

Zabdiel soltó una suave carcajada y miró los ojos del chico.

—Pídelo con toda la fuerza de tu corazón, verémos si el destino me hace algo.

—Lo hará, estúpido.

Ambos sonrieron y entre risas, cariños y alguno que otro comentario optimista, la tarde pasó y Erick comenzó a arreglarse, luego de haberse aseado.

—¿Qué tal? —preguntó el ojiverde parándose frente a Zabdiel— Estoy lindo ¿O qué?

Zabdiel se levantó coqueto, acercándose juguetonamente y comenzando a deslizar las manos por la cintura de su amigo, que sonreía divertido.

—¿Qué cosas dices, papasito? —habló Zabdiel con voz sensual y totalmente creada— Estás buenísimo.

Erick rió— ¡Madura! —chilló— Bueno, te amo.

—Te ves súper bien, Erick, tus brazitos escuálidos se ven súper sexys..

Erick formó rápidamente un puchero, luego ambos comenzaron a reír.

El TIC TAC de tu amor || Chrisdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora