Apenas lo dieron de alta, Johann y Oriana decidieron llevarlo a su casa. Ellos sabían los cuidados necesarios que debían tener con el chico, la experiencia era lo mejor y no sólo eso, también el amor del castaño hacía más fáciles las cosas.
Se encargaba de hacerlo reír cada minuto, le daba la comida y lo arropaba, se la pasaba consintiéndolo y haciéndole mimos.
Yoandri estaba feliz en aquel lugar, era cálido y lleno de amor.
Aquel día estaba recostado en el sofá con una mantita que Johann le había comprado, a su lado estaba el chico con un tazón de bombones y en la mesita frente a ellos, dos tasas de chocolate.
Mientras ambos veían una película tenían las manos entrelazadas, lo cual era por iniciativa del castaño, que acariciaba la de Yoandri con el pulgar.Se sentía tan bien no ser rechazado.
Estaba feliz, y era obvio debido a su sonrisa. Su concentración estaba más en el contacto de sus manos que en la pantalla.
Llegaron los chicos y, aunque algo confundidos, estaban encantados de verlos así, ya que no se soltaron aún cuando estaban casi todos.
Excepto Joel y Emilia.
Estaban entre risas por la película, Christopher les robó sus bombones y entre carcajadas se los comió. De pronto algo hizo a todos callar, sorprendidos.
Johann se tiró sobre Yoandri con cuidado de no lastimarlo y comenzó a acariciar sus mejillas. Entonces ellos eran los únicos que reían.
—Ya niño —se quejó el pelinegro, divertido con la actitud del otro—, hoy andas muy cariñoso.
—Sólo contigo.
Sus miradas quedaron conectadas y sólo sonreían, dejando a todos atentos a lo que pasaría sin hacer el mínimo movimiento para no arruinar el momento.
Y sí, pasó, Johann unió sus bocas en un beso lento. Claro que Yoandri no lo detuvo, sino por el contrario, se atrevió a corresponderle a los segundos.
No sabía por qué, pero se sentía muy animado y creía que era por el chico, que desde que regresó había estado muy atento a él. Le gustaba ser su prioridad y creía que el otro también comenzaba a serlo para él.
Apenas el castaño se alejó un poco de su rostro sonrió, y él lo miró con dulzura.
—Yola, sé que no tengo tu corazón aún pero te juro que tú tienes completo el mío, es todo tuyo —sonrió sin dejar de acariciar su rostro—. Yo quiero hacerte feliz, cuidarte y darte todo mi amor, realmente sé que puedo enamorarte pero quiero que me des una oportunidad de acercarme más.
—¿Cómo se puede hacer eso? —dudó un poco el chico, confundido.
—Déjame estar a tu lado, sé mi novio y... —suspiró, los chicos ahí presentes se comían las uñas esperando un final feliz luego de aquella conversación—, realmente te aseguro que no te arrepentirás de aceptarme.
—Créeme que ya te acepté —sonrió—. Y no me arrepiento.
El castaño unió sus frentes y lentamente se acercó a sus labios.
—Tú y yo harémos juntos nuestro futuro...
—Desde hoy.
Sus bocas se unieron nuevamente y los otros, emocionados por verlos por fin juntos, comenzaron a saltar en su lugar.
—¡Ah! —chilló Christopher.
—¡Ah! —escucharon al mismo tiempo un grito proveniente de la puerta y, aquellos dos gritos los hicieron separarse— ¡¿Qué mierda es esto?!
Joel estaba ahí, con Emilia detrás suyo un tanto nerviosa.
El rizado esperó una respuesta por algunos segundos, estaba muy enojado y para todos era obvio. Todo ese tiempo le habían escondido eso y se sentía traicionado, porque uno de sus mejores amigos estaba besando a su destino.
A su ex.
Seguramente lo hacía con amor, podía verlo en sus ojos.
—Joel yo... —Yoandri se acomodó en el sofá, cada vez que el chico se enojaba le daba miedo, aún cuando estaban juntos y no se atrevió a lastimarlo jamás—, estoy saliendo con Johann.
—¿Tan rápido? —reprochó— Creí que tú eras el que me amaba con el alma, el fiel que moriría sin mí.
—Así era —admitió—. Literalmente casi muero por tí, porque no cumpliste con tu palabra de estar conmigo, cambiaste mi destino y a eso fue un golpe duro para mí, aunque para tí no porque ya tenías a alguien que ocupara tu corazón.
—Te fuiste y ella me ayudó.
El pelinegro suspiró asintiendo, dándole la razón.
—Ese es el punto, tú me traicionaste porque te dolía el corazón. Pero ahora yo no tengo cómo curarme, me hacías falta, dejaste vacío mi pecho pero... Debo volver a enamorarme si quiero vivir.
—¡Y precisamente tenías que meterte con mi mejor amigo! —gritó— ¡Son unos traidores!
—Joel —se metió el castaño—. Hace unos años yo perdí a mi destino, ¿recuerdas? —el rizado asintió— Pues ambos estábamos en riesgo de morir si no arreglábamos el caos causado por nuestros corazones. Lamento que haya pasado así, lo lamento por lo que parece, pero no por amarlo a él. Nos estamos ayudando a sanar, no quiero que dejemos de ser amigos y que te alejes de nosotros, porque sabes que tú eres un hermano para mí. No veas lo nuestro como una traición, más bien míralo como una cura para el peligro.
Joel respiró hondo, cerrando con fuerza sus ojos.
—Necesito procesarlo, pero lo intentaré —sonrió débilmente, porque le parecía triste que el chico que amaba estuviese con alguien más, sí, lo amaba, quizá no tanto como a Emilia pero lo hacía, pero ¿qué más daba?, ojalá con el castaño sí pudiera ser feliz—. Oriana, te traje a tu amiga.
La morena asintió y Emilia caminó hacia ella.
Un tanto incómodo, Joel se sentó entre Yocelín y Christopher.
—Hola —le saludaron al unísono, con grandes sonrisas.
Él los miró a ambos y sonrió nerviosos.
—Hola —respondió—. Lo siento por todos los dramas que he hecho hacia ambos, y a tí —miró a Richard—. Es sólo que a veces suelo ser egoísta y... Bueno, ustedes me conocen, sólo los quiero para mí. Pero creo que debo dejarlos ser libres y apoyarlos en cada decisión que tomen, así como ustedes me han apoyado a mí, entonces pueden estar con quien mejor les parezca. Y Yocelín —la miró sonriendo—, bienvenidas tú y tu bebé a este extraño grupo.
La chica sonrió y asintió.
—Gracias.
Entonces fue así, como poco a poco las cosas se fueron arreglando.
Sin importar ya, que Yoandri y Johann estuviesen juntos.
Muy malo, lo sé y lo siento. Las y los amo.❤
Quedan los tres capítulos más importantes, Chrisdiel los narrarán.
♡Ristopherdiel🌈
🐒🐈🐥
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El TIC TAC de tu amor || Chrisdiel.
FanficChristopher tiene miedo a no encontrar al amor de su vida en el tiempo marcado. Zabdiel, siempre llegando tarde a todos lados, no cree en el amor por lo que ve en su entorno. 10:00 a.m. es la hora marcada en sus pieles, Zabdiel despistado y siempre...