Happy Haunting

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Verlos moverse era la más linda poesía. Cada vez que uno se movía el otro acompañaba, si uno dejaba que sus pies dejen de tocar el piso, el otro estaba listo para volverlo a dejar en su lugar y sin importar la cantidad de vueltas que dieran, el mundo seguía fijo.

Habían estado entrenando, para una competencia que Fantagio los había puesto juntos, más que nada a él para promocionar más a Astro. Parecía que iba a ser una pareja común y corriente entrenando para pasar cada ronda, pero en el primero momento que les tocó bailar juntos era todo casi automático. Aunque no hacía falta que entrenen lo hacían de todos modos, pero lo hacían por diversión, porque parecía que el mundo se hacía más liviano entre ellos dos. Hacia todo lo demás muy fácil, hablar, saber cuando el otro estaba cansado o cuando quería seguir o hasta donde podían exigirse. Lo que para ellos parecían haber sido al menos un año de conocerse había sido en realidad tres meses en tiempo real.

Estaban volviendo de la segunda ronda, la cual habían quedado entre los mejores 10. Solo quedaban dos rondas más y se terminaba todo. Esto había pasado por la mente de Rocky más de una vez esa semana. A lo mucho tenían poco más de un mes y medio juntos y después de eso no la volvería a ver regularmente como lo hacía. Sabía que todavia quedaba tiempo pero no quería desaprovecharlo. 

Caminaron un poco más por el pasillo hasta la habitación que guardaba sus cosas. Tan pronto él cerró la puerta, se volvió a besarla. Pensó que todo iba a estar bien cuando ella continuó el beso, pero después de un momento, ella lo alejó asustada.

-¿Que haces?- Dijo llevándose la mano a la boca.

-Hago lo que estuve pensando hacer hace días- Dijo intentando volver a ella pero Beel puso sus manos frente de ella y lo detuvo.

-¡Detente! ¡Estas loco!-

-Me disculparía si no fuese porque me seguiste-

-¡Estoy con alguien! ¡Y además de eso tengo años más que tu!-

-¿Desde cuando la edad es un problema?-

-¿Y que esté con alguien no lo es?-

-Beel... Estuve contigo prácticamente todos los días en los últimos 3 meses. Y creo que hablaste de él unas 5 veces-

-No quita el hecho de que ya tengo a alguien-

Rocky retrocedió unos pasos al escuchar esa frase.

-Mírame a los ojos, y dime que no te pasa absolutamente nada conmigo-

-No voy a seguir hablando del tema-

-¡Mírame a los ojos!-

Beel no quería arriesgarse, no iba a admitir nada ni tampoco negar, solo quería irse, y eso hizo. No dejo que Rocky tomara un paso más hacia ella. Busco sus cosas rápidamente y salio de la habitación casi corriendo.

Normalmente él se hubiese disculpado, hubiera intentado arreglar las cosas o hubiera aceptado que fue un malentendido. Pero no quería darse por vencido, no aún. Él siempre había pensado que una persona puede hacer cualquier cosa que se propone, y quería comprobarlo una vez más. Quería ver si esto había sido solo un capricho del momento o significaba algo más.

Esa semana fue agotadora. Parecían desafiarse mutuamente, intentando que uno vaya a un lado o apartarlo sin motivo en el medio de la práctica. Cada vez que sus miradas se cruzaban parecía que algo iba a explotar cerca y si fuera por ellos, hubiesen pasado mucho más tiempo del debido mirándose fijo que practicando pero siempre alguien los sacaba de su pelea interna para recordarles que la competencia seguía en pie. Ya llegando al jueves, la situación era insostenible.

-¡No! ¿Que les pasa últimamente?- Dijo su entrenador frotándose la frente -No se que ha pasado y tampoco me interesa. Lo que sea que tengan que hablar, lo hacen antes de terminar el día. Quiero ver progreso para mañana ¿Esta claro?- Beel y Rocky asintieron -No quiero que se vayan de este lugar hasta que hayan resuelto lo que sea que les molesta-

Si no hablaban, el entrenador se iba a dar cuenta. No era una opción no hacerlo, tenían que llegar a un acuerdo.

Esperaron hasta que todos se vayan, y un poco más. No se miraban, fingían estar haciendo algo que requería su total atención.

-Tenemos que hablarlo- Solo al fin Beel.

-No voy a hablarlo hasta que te dignes a mirarme a los ojos-

-No es necesario-

Rocky continuo estirando como lo había estado haciendo los últimos 15 minutos dando a entender que no iba a dejar que ella ganara.

-Si no lo hablamos, no va a irnos bien en la tercera ronda-

-Entonces apúrate para encontrar tu coraje y mirarme a la cara-

Parecía que no importase que tanto Beel intentara calmar las aguas. Rocky no iba a dar el brazo a torcer. Y ya estaba empezando a molestar.

-¿No puedes solamente dejarlo ir?-

-No, no puedo- Contesto seco Rocky, levantándose del suelo -Si vamos a hablar, vamos a hablar todo lo que no estuvimos diciendo en los últimos 4 días-

-No hay nada que decir-

-Tus movimientos y tu expresión dicen algo completamente diferente-

-Tu tampoco estas ayudando-

-Porque te alejas cada vez que nos toca acercarnos-

-No es necesario estar tan cerca-

-¿No es necesario? Llevas más años bailando que yo ¿Acaso olvidaste como se hace?- Dijo Rocky  yendo hasta donde ella se encontraba -¿Acaso tengo que enseñártelo?-

Beel quería empujarlo lejos. Parte de su mente le decía que solo era un niño teniendo un ataque de capricho y que debía ponerlo en su lugar. Pero nunca se le ocurrió que su forma de colocarlo de nuevo en su lugar iba a ser eliminando la distancia que quedaba para besarlo.

Rocky no tardó en reaccionar. La tensión que ambos había creado a lo largo de la semana estaba siendo por fin liberada con ese beso que cada vez se volvía más intenso. La sed se iba saciando cuando se encontraban retrocediendo hasta dar con la pared y se permitían explorar sus bocas y sus torsos.

Siguieron intensificando el beso hasta que Beel se separo con la respiración agitada y dejando que sus frentes sigan unidas. Quedaron un momento mirándose a los ojos recuperando su aliento hasta que Rocky intento hablar, pero Beel solo coloco su mano delante de su boca para evitarlo, tomo sus cosas y dejo a Rocky solo en la sala.

Last MinuteWhere stories live. Discover now