10.-Un día en la vida de...

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Itachi y Shisui

Estaba siendo una mañana de domingo muy tranquila y silenciosa en la mansión Uchiha, bastante pacifica, y la razón de ello podría ser la ausencia de Obito y Kakashi, que desde muy temprano salieron para dedicarse un día completo solo para ellos, que ya bastante les hacía falta. Itachi apenas desayunó se fue a encerrar a la biblioteca con muchas botanas mientras compilaba los datos mensuales de SARI. Y Shisui por su lado, estaba ayudando a Yiyi a empacar para sus vacaciones.

—Nos harás mucha falta, nana— dijo Shisui suspirando, iban hacia la cocina y llevaba una caja con algunas pertenencias de Yiyi.

—Yo también voy a extrañarlos, niño— Shisui sonrió por el tono cariñoso y esa forma de llamarlo a pesar de que ya es todo un hombre, todos ellos en realidad, pero Yiyi sigue tan maternal y cariñosa como siempre —Puedes dejar esa cerca de la puerta, son cosas que ya no utilizo. Kata dijo que las iba a reciclar— su nieta tiene pasatiempos muy peculiares.

Le hizo caso, y al dejar la caja en el piso las tapas se abrieron, unos artefactos de plástico llamaron su atención, nunca había visto esas cosas. Tomó uno y se fue a sentar a la mesa frente a Yiyi que tomaba un descanso. Los años empiezan a notarse en ella, y aun así se niega a dejar de servirles todavía. Para mañana esa dulce mujer no estará ahí, así que más vale que Obito y Kakashi regresen temprano para despedirse.

—¿Para qué es esto?— le preguntó, con el motivo de su curiosidad en la mano. Un cilindro de plástico, color rosado, con la superficie finamente dentada, y traveseando un poco más se dio cuenta de que tenía una cubierta removible con una abertura en todo lo largo para encajarlo en el cilindro dentado.

—Oh, eso es un rulo, es lo que usábamos antes para rizar el cabello— le explicó sonriendo con cierta melancolía —Las mujeres de hoy ya no los usan, pero para una vieja como yo es más fácil. Aunque tampoco los uso ya— terminó riéndose.

—A mí no parece tan fácil de usar, se me hace que se enredan en el cabello— lo dejó a un ladito —Kata debe estar muy feliz de poder pasar tiempo contigo. Hace mucho que no viene por aquí— aquella chiquilla fanática de ellos ya creció, pero aún se emociona al verlos.

—Sí, está muy dedicada a sus estudios. Mi hija y yo estamos orgullosas de ella— suspiró con una mano en el pecho. Luego se levantó y tomó el delantal que descansaba en el respaldo de la silla —¿Quieres que te prepare algo?

Shisui sonrió divertido porque hace no mucho acababa de desayunar ahí mismo con ella, y agradecido por tan generosas atenciones. Miró el reloj y ya casi eran las once, suponía que Yiyi ya empezaría con los preparativos para el almuerzo. Cuando ya no esté, Kakashi podrá hacer y deshacer en esa cocina.

—No, está bien— ella asintió, y se puso a revisar el contenido del refrigerador —Pero estas frutas me están tentando— se robó del centro de la mesa la canasta, apenas ayer compraron las frutas y él ya se las va a devorar. Cuando en la casa las frutas se terminan de golpe, ya se sabe que Shisui es el responsable.

—¿Crees que Itachi necesite algo?— como olvidarse de ese otro hombrecito obsesivo.

—Le doy un par de minutos para que se le acaben las golosinas y venga por más— le dijo muy seguro de ello, arrancando las uva de dos en dos.

—Me sorprende un poco que sea él, y no tú el que está trabajando hoy domingo.

—Ese es un hombre que disfruta su trabajo, es como Kakashi. Tío Obito tuvo que obligarlo a salir hoy, o sino, ahí estaría con Itachi en la biblioteca— ambos rieron por tan certera afirmación.

—Y tú no te quedas atrás, tienes una impecable ética laboral— le recordó, sonriendo.

—Sasuke se me parece en eso.

Una vida juntos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora