Nate comenzó con algo de tecnicas de combate simple, me hizo sostener barras de metal y sostenerla al nivel de mis hombros.
— Todo tu cuerpo debes aprender a controlarlo— me susurró al oído.
Apreté fuerte la barra y él se despegó de mí y se puso delante en posición de combate. Esperó a que hiciera el primer movimiento y se lanzó sobre mí en milésimas de segundos desarmandome por completo.
— No lo vi venir.
— Es la peor excusa que me has podido dar novata. En un combate nadie te avisará cuando te va a golpear, será algo imprevisto y rápido cais imperceptible. Agudiza tus sentidos, utiliza todo tu cuerpo.
Volví a agarrar la barra y esta vez me lancé sobre y él me hizo caer de nuevo con uno de sus pies que golpeó mi rodilla.
— No seas tan obvia.
Retomé mi posición y esta vez decidí usar todo mi cuerpo para caer sobre él. Retuvo la barra con una de sus manos y me di la vuelta quedando a su espalda. Me atrapó con la barra y escurridiza mente salí. Coloqué la barra metálica en su dirección y lo hice caer con un golpe a su batata.
— No estuvo tan mal.
Se levantó de imprevisto y me hizo caer de nuevo colocando la barra sobre mi cuello y afixiandome.
— Esto parece muy real— dije con la voz entrecortada.
— Se tiene que sentir así o nunca lo tomarás en serio. Excelente trabajo ahora pasaremos a otra ronda.
— Estoy algo cansada.
— Un vampiro jamás se cansa.
El mayordomo apareció en el salón y e dijo algo al oído al mayordomo y este le dio algo que incomodó a Nate. Un chico de piel bronceada y cabello negro rizado apareció en el salón. Llevaba una camisa gris y botas.
— ¡Qué haces aquí!— dijo de mal humor.
— Vengo a prevenirte, mi padre viene por ti, ya sabe donde estás no sé como pero lo sabe. Debes irte y buscar otro lugar donde enseñar.
— ¡No sabes!, eres el peor mentiroso que he conocido, pensé que los de tu clase eran mejores en eso. Sé que se lo contaste a tu padre. Nunca debí invitarte a follar aquí, eres un maldito soplón Emanuel.
Él lo golpeó y Nate lo miró con algo que parecía más dolor que desprecio.
— Te amo Nate, ¿cuándo me creerás?— dijo el chico con los ojos vidriosos.
— Vete antes de que te mate.
— ¡No me iré!
— ¡Lárgate!
Dejó ver sus colmillos y su cara se marcó de venas negruzcas, sus ojos del mismo color. Tuve miedo. El chico salió corriendo despavorido.
Agarró la primera botella de whisky y se la empino sin reparo alguno. Sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo y luego encendió uno de los cigarrillos para comenzar a fumar con ansiedad.
— Me molesta el olor a cigarrillo— dije con molestia.
— Iré a otro lado, además tengo que hacer cosas que no serán agradables para tus ojos.
Me adelanté y saqué de su bolsillo la pequeña bolsa con un contenido particular de un polvo color amarillento. La escondí detrás de mi espalda.
— Si gano, me la quedo, si ganas te la doy. Vamos a pelear de nuevo.
Nate soltó una carcajada y se desabotono los primeros botones de la camisa. Agarró la barra de acero de nuevo y la colocó en mi cuello.
— Pequeña novicia tonta.
Lo empujé tomandolo por sorpresa y me subí sobre él apretando su cuello. Me pegó una patada en el estómago dejándome sin aire e hizo aparecer fuego en sus manos. Estaba maravillada con ver fuego saliendo de sus manos que me despiste y fue retenida. Parecía que iba a ganar pero recordé que las personas egocéntricas siempre se vuelven susceptibles cuando alguien ignora sus atributos.
— ¿Es lo mejor que tienes?, no parece que fueras realmente el mejor vampiro de los tiempos. Solo pareces un simple chico jugando con llama.
Koray golpeó mi cara y yo seguía riendome de sus golpes, acercó la llama y estaba a punto de quemarme el rostro cuando aproveché para golpear su estomago e inmovilizarlo.
— Has hallado mi punto débil, estás mostrando lo que eres.
— ¿A qué te refieres?
Alguien tocó la puerta, me di la vuelta y era de nuevo el chico que tanto detestaba Koray. Se levantó histérico y tomó por el cuello a aquél chico que estaba pálido notablemente, este cayó en el hombro de Koray. Él lo alzó en sus brazos y su expresión de odio había cambiado a preocupación, percibí el olor dulzón que sangre y la boca se me hizo agua no sabia como Koray podía estar cubierto en sangre sin siquiera provocarle morder el cuello de aquél humano, entonces lo supe, lo amaba por encima de su sed de sangre y eso era demasiado.
Desapareció y poco después Gabriel aprecio para llevarme a su mansión, no dejaba de pensar en mis padre, marqué de nuevo varias veces pero no contestaban, odiaba esto, el estar lejos de mis padres me mataba, ellos me hacían sentir segura no como con Gabriel que sentía pánico.
Él intentó agarrar mi mano pero yo la aparté. Desde que hizo lo que hizo, no pensaba retomar aquello que fuimos, lo amaba desde luego, pero mi corazón estaba demasiado dolido como para actuar como si nada y empezar de nuevo con él.
![](https://img.wattpad.com/cover/186808774-288-k723609.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Sangre De Cristal (Libro 3 De Saga Fuego Azul)
FantasyDe la saga Fuego Azul llega un capítulo aparte. Existe una leyenda muy antigua acerca del poder del cristal. Esta leyenda relata que quien sea el privilegiado de poder manejar este delicado obsequio de la tierra, podrá unir razas a su antojo y repri...