Capitulo 32 ~ La Mansión ~

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No paso mucho para que el peliverde pusiera dilucidar las luces de fuera de la mansión, viendo que está en realidad no había cambiado mucho.

A pesar de lucir tan sombría como siempre un poco mas ya que era de noche y las sombras la hacían ver un poco extraña y aun así le tranquilizaba volver a ver algo conocido acompañado por el moreno quien ya había estacionado.

Después de ayudarle a bajar del auto dirigiéndose entonces a la entrada en donde les esperaba Alfred

-Hola Alfred – saludo el peliverde en un tono cansado pero alegre

-mucho gusto en verlo señor joker – contesto el mayordomo – he preparado ya la habitación y algunos refrigerios para usted

-suena muy bien – comento el payaso sonriendo débilmente

-será mejor ir a que descanses en la habitación – comento Bruce tomando quedamente el hombro del peliverde quien solo asintió - ¿Alfred podrías ayudarme con la silla de ruedas?

-por supuesto amo Bruce

El moreno le había cargado hasta la habitación mientras Alfred llevaba la silla de ruedas caminando a un lado de ellos; a decir verdad, quería tratar de caminar por su cuenta, pero sabía que Bruce no permitiría eso así que prefirió no mencionar nada de todas formas disfrutaba que le cargase así que estaba bien.

Una vez en la habitación Bruce le dejo con sumo cuidado sobre la cama ayudándole a cubrirse con unas cuantas mantas que encontró sumamente reconfortantes

-iré a por los refrigerios - dijo Alfred dejando la silla a un lado para después dejarles solos

- ¿necesitas algo más?, ¿estas cómodo así? - pregunto el moreno haciendo sonreír al contrario

-claro estoy bien ¿y tú? pareces preocupado – ese comentario hizo sonreír levemente al moreno quien suspiro sentándose a la orilla de la cama en tanto el peliverde extendió sus brazos sonriendo un poco dando a entender que estaba bien si quería acercarse más así que Bruce cuidando de no lastimarlo se metió bajo las sabanas junto a él no tardando en rodearlo con sus brazos acariciando su espalda de arriba abajo de forma rítmica y con cuidado sintiendo en efecto los huesos de la columna del peliverde dado que estaba bastante delgado mucho más de lo que estaba antes aunque por su parte haciendo al peliverde sentirse relajado al menos unos momentos, protegido en los brazos del moreno un lugar que siempre le había parecido como su fortaleza personal, no podía no sentirse seguro estando ahí por más que las cosas fueran mal siempre le había gustado incluso antes cuando le golpeaba y le sometía, sentir los brazos del contrario rodeándolo con fuerza, no podía evitar recordar sentir calidez aunque la situación no fuera precisamente buena para él; así que se dejó llevar acomodándose en el pecho del moreno escuchando los latidos calmados y sintiendo las caricias que le adormilaban aunque eso era lo último que quería, realmente en ese momento pensar en la idea de dormir le asustaba de sobremanera

-te extrañe Brucie – escucho decir al payaso quien parecía tranquilo al menos más que cuando estaban en el hospital

-yo también, la mansión es terriblemente silenciosa sin ti – respondió Bruce olisqueando los cabellos del peliverde pues extrañaba ese olor, extrañaba el olor, la sensación, la emoción de tenerle junto a él y ahora que estaba a su lado de nuevo no quería apartarse de él

-pensé que Alfred te hacia compañía – comento el payaso viéndole desde donde estaba haciendo sonreír al contrario

-claro, pero es diferente cuando estoy contigo – respondió haciendo sonreír igualmente al peliverde quien había comenzado a cabecear cosa que había notado desde que estaba en el hospital - ¿tienes sueño? – pregunto quedamente obteniendo una mirada cansada, pero con un toque alarmado del contrario quien trataba de fingir sin mucho resultado serenidad

¿Soy una broma para ti?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora