Un concierto que dure toda una navidad, una bolsa gigante de chucherías, toda una colección de bufandas y gorros, un cine en casa, un viernes eterno, un "alto a los lunes", una estación de tren, un aeropuerto con hilo musical, una linterna que haga formas, unas vacaciones en Islandia, un mando a distancia de sentimientos.
Una gramola con las canciones de tu vida, una calle con tu nombre, un pedestal compuesto por tus manos, un libro con todas tus lágrimas, una colección de recuerdos bonitos, una cama de princesa, una sonrisa todas las mañanas, una multitud con tus iniciales bordadas, un futuro verde, un tejado sin miedo a las alturas.
Un abrazo permanente, un "vale por todo lo bueno", una montaña de tiritas, un pisapapeles que tape tus días negros, un tobogán de los de ciencia ficción, un arco iris constante...
Tú te mereces todo eso y no a un idiota con el corazón en reformas.