La Chica Fantasma | KTH Y Tú (Editando)

Soy T/N, un fantasma...

¡Hola! Me llamo T/N y tengo 24 años y bueno... estoy muerta, sí, soy un fantasma. 

¿Cómo morí?

 Lo recuerdo perfectamente, como si fuera ayer. Morí hace 5 años de un disparo al corazón. Yo trabajaba para una empresa la cual era secreta, tenía que proteger 8 collares mágicos que permitían a la gente  ver fantasmas. Nadie los conocía salvo mi jefe y yo. Había personas que los querían para usarlos incorrectamente, para cosas malas.

Bueno, pues no sé como, se enteraron de que había tales collares y atacaron la empresa en busca de esos collares. 

En ese momento, mi jefe y yo estábamos hablando de una reunión que tendríamos con casi toda la empresa para contarles sobre los collares, obviamente solo se lo explicaríamos a algunas personas de confianza. 

Nos interrumpió John, mi superior: 

John: ¡Jefe! -gritó- Nos están atacando, dicen que buscan unos collares o algo así.

- De acuerdo, ve a llamar a la policía -contesta el jefe- T/N, confío en ti para que protejas los collares para que no caigan en malas manos.

-Sí jefe, confíe en mi, lo prometo -respondí- Pero, ¿y usted? - pregunté-

-Yo...Voy a hacer una locura. T/N, escapa y vete lo más lejos posible. -te da la caja con los collares dentro- Te los confío- sale de la habitación-

En cuanto lo veo marcharse, pensé que iba a entretenerlos mientras escapaba. No puede ser, ¿y si le matan? Si lo matan, cumpliré mi promesa, su muerte no habrá sido en vano. Cogí los collares y me fui. Vi a mucha gente muerta, incluidos John y el jefe, lloré mientras corría y como siempre tengo tan mala suerte, me pillaron...

Corrí más rápido y me escondí en un bosque. Me encontraba atrapada ya que delante de mi había un río, pensé en nadar pero antes de saltar al agua...

XXX: ¡Quieta o dispararemos! -dijo un chico tapado con una máscara mientras llegaban más hombres apuntándome con una pistola.

- Podré morir, pero no lo haré en vano -tiré la caja al río y como la corriente era muy rápida se lo llevó en un instante-

Antes de que empezara a pelear con ellos para, al menos intentar, salir de esa situación con vida, escuché un disparo. Me llevé la mano al corazón, estaba sangrando. 

- ¡Mierda! -murmuré- 

Hasta aquí llegué, voy a morir. Mamá, papá, os quiero y os voy a echar mucho de menos. Al menos no he muerto en vano y he salvado los collares. Solté, lo que nunca iba a imaginar que fuera a una edad tan temprana, un suspiro. Cerré los ojos, sentí como caía al suelo y.... morí.