Louis Tomlinson y Harry Styles son una pareja inmensamente feliz. Años después, esa felicidad se ve truncada debido a un grave accidente de tráfico en el que la memoria de Harry se ve seriamente afectada. Esto hará de ellos dos extraños, haciéndose...
Tras la insistencia del ojiverde, Niall decide llamar a Louis pero este está tan enfadado que no responde al teléfono.
Luego de despedirse de Liam, el ojiazul había salido a la terraza de su apartamento, donde tantas noches se había quedado a ver las estrellas abrazado a su marido.
En esa ocasión el cielo estaba igual de estrellado pero a diferencia de las otras, esta vez había ido para despejarse e intentar encontrarle sentido al comportamiento de Harry.
Louis desconocía la razón por la cual el ojiverde había pegado a Liam pues hasta donde él sabía, su aún esposo era feliz con Niall y no le importaba lo que él hiciese y así se lo había hecho saber.
La verdad también estaba bastante preocupado por el estado físico de este pues el ojimiel se había pasado de la raya golpeandolo, aunque eso ya se lo había recriminado camino a casa.
Durante largo tiempo había estado escuchando sonar el móvil hasta que finalmente lo apagó, no tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos de escuchar excusas y acusaciones por parte de Liam o de propio Harry.
Louis estaba harto de ser una marioneta en las manos de los demás pues toda su vida había ido de aquí para allá movido por el criterio de otros.
Primero había sido su madre, una mujer muy hermosa pero muy alocada en cuanto a los hombres pues había ido de matrimonio en matrimonio, arrastrando a su hijo cada vez a un hogar distinto y con diversidad de gente extraña.
Tras morir su madre, Louis había acabado en un hogar de acogida donde los hijos mayores del matrimonio Tomlinson lo habían ninguneado hasta que se habían ido yendo de la casa.
Todo había cobrado un nuevo sentido para él cuando conoció a Harry pues era deslumbrante, arrollador y el chico más amable y bueno que había conocido pero últimamente eso había cambiado, también este lo había estado llevando de aquí para allá en un vaivén de emociones y desilusión.
Por ello no había hablado en broma con lo del divorcio, realmente estaba convencido de que ya Harry no era el mismo chico del que se había enamorado e incluso él mismo también había cambiado.
En esos meses de soledad tras el accidente muchas cosas habían pasado entre ellos, demasiadas lágrimas, impotencia y rabia pero sobre todo había habido mucho dolor.
Un sufrimiento constante y desgarrador que lo había mantenido en vela muchas noches y que había llenado sus días también, una desoladora agonía que le había carcomido el alma y poco a poco había hecho trizas el amor que había sentido alguna vez.
Era triste dejar atrás el pasado con Harry pero también era liberador para Louis, no sabía si algún día el ojiverde volvería a ser ese chico de antaño pero lo que si sabía era que una vez que había dado el paso, ya no iba a retroceder.
No sabía si futuro era Liam o cualquier otro pero de lo que si estaba seguro era que iba a vivir su vida sin regirse por otros, tomaría sus propias decisiones y se mantendría fiel a sus sentimientos.
En su cabeza rondaba la idea de hacer un parón en su carrera y viajar por el mundo pues ese había sido uno de sus sueño desde niño pero nunca había tenido tiempo o el empuje necesario para llevarlo a cabo.
Sentado allí, ante la inmensidad de esa noche, Louis había dejado salir toda su amargura y frustración, su dolor había empezado a desaparecer dejando paso a una nueva etapa en su vida, algo así como un libro con todas sus páginas en blanco o un hermoso y gigantesco lienzo totalmente virgen.
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