Capítulo catorce: Regreso a casa

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Louis regresa a la cuidad y mientras baja del avión siente sus piernas flojear y su corazón palpitar con brío pues estar de nuevo bajo el mismo cielo que Harry, lo tenía así.

Tras coger su equipaje y subirse a un taxi que lo llevó a la puerta de su edificio, el ojiazul se apeó del automóvil y suspirando resignadamente, puso rumbo hasta su apartamento.

Eran las cuatro de la tarde y estaba hecho polvo, así que deseaba tan solo poder tomar una ducha y tumbarse en la cama para dormir durante días, aunque al abrir la puerta del apartamento, sus planes se torcieron inesperadamente.

-Hola amor...regresaste al fin.

-Ha-Harry ...¿Q-Qué ha-haces aquí?-preguntó muy sorprendido.

-El apartamento es mío también y te amo...¿A dónde más podría ir?—contestó el ojiverde con una enorme sonrisa.

-Pe-Pero tú e-estabas con tus padres-Balbuceó el recién llegado cerrando la puerta principal tras de sí-…pensé que seguirías allí.

Harry chasqueó la lengua y se acercó para coger en su mano el equipaje de su marido y llevarlo al dormitorio común.

-Eso era cuando tenía amnesia pero ya no será así más—aseguró.

El ojiazul al escuchar esas palabras, suspiró profundamente y detuvo al rizado cogiéndole del brazo para que soltarse la maleta.

-Déjalo...lo llevaré yo mismo...además ocuparé la habitación vacía.

Harry frunció el celo molesto.

-Nada de eso Louis...tú eres mi esposo y has estado dos meses fuera...te necesito y dormiremos en la misma cama.

-¡No!—gritó el ojiazul molesto también—…a-aún no estoy listo...necesito más tiempo... lo siento pero si quieres que no me vaya de nuevo, tendrás que aceptarlo.

 lo siento pero si quieres que no me vaya de nuevo, tendrás que aceptarlo

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-¡Está bien!...¡tu ganas!...¡duerme donde más te plazca!-gritó furioso el ojiverde ante la postura del ojiazul—…pero que sepas que esto no esta bien y yo no merezco que me sigas tratando así, después de pedirte perdón y aceptar darte tu tiempo— soltó el ojiverde abriendo la puerta y saliendo dando un sonoro portazo, que hizo a Louis sobresaltarse.

—Lo siento, Harry—susurró el ojiazul caminando cabizbajo—…siento tratarte así pero aún estoy hecho un lío.

El rizado condujo sin un rumbo fijo mientras intentaba calmar su frustración hasta que varios minutos después detuvo su coche frente a la casa de Niall con el cual seguía manteniendo una estrecha relación.

Con decisión caminó hasta la puerta y con el puño cerrado la aporreó bruscamente.

—¡Abre la puerta, rubio!...¡necesito desahogarme!.

Unos minutos después esta al fin se abrió y apareció Niall frotándose sus lindos y azules ojos.

—Joder Harry... no dormí nada anoche y estaba intentando echar una cabezadita.

El rizado lo empujó y entro como un huracán a la vivienda.

—Seguro que no dormiste por estar follando toda la noche, así que no te la hagas de víctima que no cuela.

—Bueno y qué si follé con mi novio...¿acaso es un delito?...que tú estés de dique seco por tener a tu marido lejos, no es mi culpa...además, ¿Por qué estás tan enfadado?, ¿Qué te pasa?

—Louis regresó—habló rotundo el ojiverde.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste, idiota... que Louis regresó.

—¡Madre de Dios!...¿Y entonces que haces aquí?...corre a revolcarte con él, o acaso aún no t...

—¡No! ¡No! ¡No!...parece que todo sigue igual...estos meses fuera no han servido una mierda...Louis sigue furioso conmigo y ahora me sale con que ocupará la habitación vacía...¿Sabes lo que es eso?...¡Maldita sea!... se acabó, Ni...Louis ya no quiere nada conmigo.

—Tranquilo hombre...quizás tan solo se sorprendió al verte allí...seguro que quiere ordenar sus ideas e ir poco a poco.

—¿Tú crees?.

—Claro, tonto...un amor como el vuestro no se olvida de la noche a la mañana....solo debes tener paciencia.

—Pero yo deseo tanto abrazarlo, besarlo y hacerle el amor pero él solo me rechaza...no se que pensar.

—Dale tiempo...si quiere empezar de nuevo, concedele ese capricho también...no hay nada de malo en comenzar a convivir como compañeros de piso y si algo tiene que pasar, ten seguro que pasará.

—Está bien...tienes razón...haré lo que dices...gracias amigo, no sé que haría sin tus sabios consejos....te debo una.

—Entonces comprame un coche último modelo—habló el rubio muy sonriente.

—Jajaja...sigue soñando, rubio...sigue soñando.

sigue soñando

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35. Recuerdos Dormidos- Larry Stylinson. TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora