Llegue tarde

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Habían pasado muchos años desde que se había ido de aquel país buscando nuevos horizontes, pero finalmente el camino enmarañado de la vida lo traía de nuevo a sus raíces, Sasuke Uchiha jamás se imaginó que volver lo podría hacer sentir tan bien.

Hacía dos semanas que había vuelto de su estadía en Inglaterra de 5 años, tiempo durante el cual supo mantener buena comunicación con la familia y amigos que había dejado atrás.

- ¡Teme! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡No puedo creer que al fin estés de vuelta! – Grito de forma un poco vergonzosa un apuesto y rubio hombre al ver a Sasuke frete a frente. 

- Dobe por amor a Dios no grites de esa manera en los lugares públicos. – Caminó hasta su amigo para apretar gustoso su mano en forma de saludo. – Que bueno es volver y ver que sigues siendo un bobo como siempre. 

- ¡Oye Sasuke-kun! ¿A mí no me saludas? – Una voz que se notaba tan emocionada y alegre como Naruto llamó la atención del azabache, fijándose por primera vez a la pelirroja. 

– Vaya, Karin no te había visto detrás de Naruto.

- Jajaja eso estoy notando, y bueno ¿dónde está mi abrazo? 

Sasuke se acercó y le dio un cálido abrazo a su vieja amiga, hasta que sintió los brazos de la pelirroja rodeando su cuello intentando colgarse para pegar sus cuerpos lo más posible, como siempre solía hacer. Sasuke instintivamente corto el abrazo y con delicadeza la alejo como hacía en cada oportunidad que se encontraba en esa situación, él le tenía mucho cariño, después de todo él  y los primos Uzumaki habían crecido juntos, se conocían de toda la vida, pero nunca le gustó el contacto físico con nadie que no fuera su madre y un poco su hermano mayor, así que su amiga de infancia no entraba en sus excepciones.

- Ya Karin deja al teme en paz o lograrás que salga huyendo y apenas acaba de llegar. 

- Comprende Naruto, tengo que poner al corriente todos los abrazos que no le he dado. 

- No te atrevas ni a pensarlo Karin, sabes que no me gustan los abrazos ni cualquier otro tipo de demostración afectiva melosa. 

- Aah... No cabe duda, tu no cambias... Tan frío y estoico como siempre.

Los tres chicos conversaron animadamente por un largo rato, a pesar de haberse mantenido en contacto por e-mail, vídeo llamadas y cualquier otro medio de comunicación, no era lo mismo a estar sentados juntos con una buena taza de café poniéndose al día de cuanto habían cambiado las cosas en estos años. 

- Bueno chicos, yo debo volver al Bufete a trabajar, eso de comenzar tu propia firma requiere invertir el doble de tiempo, oye Sasuke ¿Por qué no vienes conmigo a conocer mi nueva oficina o tienes algo más que hacer? – Sugirió el chico de los ojos celestes.  

- No, la verdad no tengo nada interesante que hacer, pero aún hay muchas cajas pendientes de desempacar, lo mejor es que me regrese a mí apartamento. 

- Vamos no seas así, ¿Qué te cuesta darme solo un día de tú tiempo?  

- Bueno caballeros, como yo ya sé que esto terminará con Naruto llorando y Sasuke al final aceptado su petición, yo mejor me voy, tengo que terminar unos planos que me han estado quitando el sueño. – y sin más la chica se fue dejando a los dos peleando como un par de niños. 

Karin había tenido razón, después de pasar más o menos treinta minutos discutiendo el destino para el resto del día de Sasuke, este había terminado aceptando ir a conocer el Bufete del rubio y de paso aprovecharía para conocer al socio del que tanto le habían hablado. 

Donde termina mi caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora