Capitulo VII

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Elyse 18 años.

El olor café proveniente de la cocina, la despertó, en la mañana la madre de Oliver preparaba café para todos los sirvientes humanos de la vampiresa, necesitaba un poco del elixir caliente y amargo para confortar  su cuerpo.

El sol apenas y entraba por la ventana de la pequeña habitación, Elyse abrió los ojos y noto una sombra, se la atribuyo a que aún estaba medio dormida pero era el cuerpo de Olivar que evitaba que la luz entrara. Se había quedado dormido en la silla contigua a la cama como se lo había pedido, él era capaz de hacer todo para protegerla, por un momento le pareció  todo lo relacionado con Ethan como un sueño y entonces la golpeo como el frio de una tormenta, era real

Elyse se incorporó y aparto las sabanas de su cuerpo, por un momento creyó que estaba en su habitación pero era la de Oliver, lo supo por el color desteñido de las paredes, su cama era pequeña pues me había  regalado la grande, nunca había llevado a ninguna de sus mujeres a ésa cama, estaba reservada para mí o eso decían las criadas. Ese día me había sentido algo ofendida y no sabía porque con exactitud.

En las paredes tenía sus pinturas  de Villa Imperial, a veces por alguna razón Oliver pintaba un paisaje, la que más le gustaba era la del aventurero en medio del desierto frente a una gran puerta dorada. La habitación también contaba con un armario, donde el chico guardaba sus pertenecías.

Elyse miro sus ropas y descubrió que su vestido estaba húmedo y lleno de tierra, debía cambiarse pero no podía salir así de la habitación, recordó que algunos vestidos habían quedado en el armario de Oliver, así que tomaría una ducha y se cambiaría allí mismo.

El rostro de Oliver parecía preocupado aún mientras dormía, Elyse podía percatar que no descansaba del todo, su mente seguía pensando en cosas que no lo dejaban dormir plácidamente,  se sintió mal por él, pues ya tenía muchas cosas de las que preocuparse, como para también tener que ocuparse de las suyas. Lo observó por un rato, sintió el deseo de meter sus dedos en su larga cabellera castaña y dejar que esos largos labios y ojos amarillentos escrudiñaran todo su cuerpo, sabía que Oliver tenía experiencia, lo había escuchado de las otras criadas, ellas le contaban todas las noches como se habían enamorado perdidamente de él y de cómo les había dejado su cuerpo adolorido después de hacerles el amor

Elyse nunca lo había hecho con nadie, se había besado con otros chicos pero al momento de acostarse siempre los rechazaba, Oliver a veces le preguntaba por qué recurría a ésos hombres para saciar su lujuria cuando lo tenía a él, ella respondía que esos hombres no le importaban a diferencia de él pero en qué era diferente, qué le impedía acostarse con él, ahora nada. Consideró quitarse y despertarlo completamente desnuda, ver cómo reaccionaba pero el pudor la detuvo, en lugar de eso lo beso en la frente, sus mejillas se sonrojaron en el momento en que su boca toco la piel caliente de Oliver,  sería mejor entrar a la ducha y bañarse para así quitarme todo ese tipo de pensamientos   

Para cuando salió del baño Oliver seguía dormido, sus pensamientos se habían refrescado al igual que su cuerpo, hacia un poco de frio así que se apresuró a buscar un vestido, sólo estaba uno, de un tono azul celeste con mangas y que le llegaba un poco más debajo de la rodilla, después tendría que buscar unas medias y botas, sino se congelaría con el frio.

Repentinamente, escuchó un bostezo seguido de un gruñido que al parecer provenía de Oliver, ella no quería volverse, no podía enfrentarlo. Él estaba despierto, observándola detenidamente, sus ojos estaban encendidos, trato de decir algo pero del susto el vestido  se atoro en su cuerpo. Elyse era incapaz de mirarlo, ella se encontraba de espalda pero podía sentir el fuego en su miraba, todo su cuerpo ardía.

Memorias EfímerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora