Capitulo XI

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Capitulo XI

Oliver 19 años

Oscuridad.

Allí le había dejado añorando compañía, cuando era él  quien se encontraba más solo y triste que nunca, a pesar de tener la compañía de la hermosa Amanda,  no podía dejar de pensar en ella, en como la había encontrado llorando en su habitación.

Oliver se levantó, no podría seguir durmiendo y el sólo hecho de estar al lado de otra mujer le repugnaba,  no le gustaba que se quedaran a dormir, quería que se fueran, no podía verlas.  Sabía que hacia mal usándolas pero sólo así podía olvidarse del dolor que le causa pensar en Elyse.

A veces se preguntaba cómo podía amarla tanto y cuando creía que al fin renunciaría a su indiferencia, se encontraba caminando para retar al hombre que la hacía sufrir, él sabía que si le  hacía daño a ese hombre ella se enojaría pero aun así no podía dejarlo pasar, la amaba demasiado como para perdonarlo  pero entonces quien lo perdonaría a él, ella no,  jamás lo haría aunque se lo suplicara de rodillas.

Los pensamientos del joven eran oscuros, podía tener a cualquier mujer que quisiera pero a ella no, aunque nunca se había rehusado a estar con alguien más por esperarla, él era un hombre y tenía sus necesidades pero si ella lo aceptaba el jamás volvería a besar el cuerpo de otra mujer.

Salió de su habitación,  él sabía exactamente a donde iría, debía ir de ese lugar aunque  no quisiera ir a la guerra que lo llamaba, había ido por él y no por Elyse ese era el pensamiento que rodaba en su mente, Ethan era el causante de su sufrimiento.

--Sólo porque el vampiro necesita mi fuerza, una fuerza que no quería usar, que me niego a usar—dijo con la poca convicción que le quedaba--.

Cruzo el umbral que separa las habitaciones de los huéspedes y los criados, podía oler a él y al nuevo vampiro, un asesino de humanos, damphyres y hasta su propia raza  un ser despreciable, la muerte en persona. Oliver subió las escaleras y llego a las habitaciones del tercer piso, los dos estaban escondidos tratando de que nadie escuchara su conversación pero él podía oír sus voces susurrando en secreto, sus poderes eran mejores de lo que muchos vampiros creían, ese era su secreto.

Para cuando los dos vampiros notaron su presencia y dejaron de hablar, cosa que no tardó mucho en suceder., se había enterado de sus planes, no había nada que temer, as{i que entro a la habitación y se lanzó hacia Ethan, ya nada le importaba, si debía matarlo lo haría, aunque eso le causara la muerte.

El cuerpo de Ethan estaba debajo de él, lo golpeaba con toda su fuerza sobrehumana y sentía su respiración agitada. El vampiro también se defendida, sus golpes le rozaban las costillas, el estómago y el rostro, sentía su sangre ligándose con la suya, convirtiéndola en un ácido, eran dos razas diferentes. Después de mucho forcejar tuvo  a Ethan donde quería,  su estrategia consistía en partirle el cráneo contra la pared, pero algo se lo detuvo, algo que lo agarro con mucha fuerza y lo arrojo a la dirección opuesta, salvándole así la vida a Ethan. Abrió y cerró sus ojos pero la sangre le impedía ver, como pudo se limpió y entonces lo vio, lo que le había apartado de su oponente. No era un vampiro normal. De pronto escucho algo aterrador se tapó los oídos, ya que le  dolían, no podía soportarlo, el sonido  le estaba causando mucho dolor, sentía como si algo en su interior iba a estallar  y fue ahí cuando se percató que era la voz del vampiro.

--¿Así qué esté es el Damphyre del que hablas?—quiso saber el vampiro--. –Pues en algo tienes razón Ethan es muy fuerte, solamente necesita entrenamiento.  

Oliver miro al vampiro y su rostro hizo una mueca de dolor, era el ser más extraño que había visto en su vida, las cicatrices que cubrían su rostro no desaparecían, estaban marcadas como rasguños reciclen hechos, él no se molestaba en hacerlas desaparecer, se preguntó cómo habría conseguido todas esa heridas, probablemente en batallas se dijo, tal vez por eso era un contrincante tan fuerte y poderoso.

Memorias EfímerasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora