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— Oh por Dios —Rose suspiró al observar el lugar lujoso en el que se encontraba. Todos los hombres vestían smoking, era algo que los hacia ver atractivos. Las chicas, llevaban vestidos largos o cortos, de lejos se podía notar que tan costosa era la tela.

El lugar era grande, un salón para más de cien personas, Rose y Jungkook caminaban hacia la mesa donde les había tocado estar, está se encontraba cerca de las mesas de recepciones.

— Sácate el abrigo —Jungkook miró a Rose con una sonrisa mientras tomaban asiento.

— ¿Qué? ¿Por qué? —la rubia alzó una ceja sin entender.

— Si vas a usar un vestido tan bello como este, deberías de tenerte un poco más de confianza. —Kook habló dulce.

La rubia miró a su alrededor, llevaba puesto, encima de ese vestido, un abrigo que le cubría hasta sus clavículas, era en realidad algo similar a una bufanda. Jennie también se la había prestado y le comentó que ese era; un detalle más del vestido. Algo que la haría resaltar.

Jungkook, no podía creer que Rose, teniendo un lindo cuerpo y usando ese vestido que le favorecía a la figura, había dejado que su amiga le diera tal consejo, sin embargo, en cierto punto estaba agradecido, no tendría que estar soportando o comiendo miradas ajenas hacia Rose. Pero ya qué, Rose es linda y tenía todos los puntos claves para lograr conseguir a alguien en esa fiesta.

— Solo tú, Jeon. Le dices a una mujer como tiene que usar un vestido —Rose soltó sarcástica, mientras se sacaba el adorno del cuello.

Jungkook la reojeo sin asco. Le encantaba la vista.

— Tengo hambre —comentó la chica—. ¿Me traerías algo de las islas?

Jungkook asintió con la cabeza, poniéndose de pie. Observó las islas que estaban cerca, había una de tacos, otra de sandwiches de cerdo, otra, que era una fuente de chocolate con varios tipos de frutas caramelizadas. Fue a buscar un poco de todo, total él también comería.

Rose se había quedado ahí en la mesa, hasta el momento estaba sola. Observaba a la gente entrar y los regalos que llevaban consigo, sin embargo, la vista se le quedó interrumpida cuando una pareja se sentó delante suyo. Las mesas eran redondas, con capacidad de seis personas a diez. En la que se encontraban Rose y Jungkook, era para seis personas y ya habían cuatro ocupando lugar.

— Buenas noches —el joven delante suyo habló primero, había notado la mirada perdida de Rose.

La rubia asintió con la cabeza.

— Buenas noches.

— ¿Viniste con Kook? —la muchacha, de ojos negros, sonrió. Parecía muy agradable y amiguera.

— Así es...

— Oh, déjame adivinar. —el chico se rascó la nuca—. ¿Roseanne?

La chica asintió con la cabeza.

— Llámame Rose.

— Genial, entonces. —el pelinegro le sonrió—. Nosotros somos amigos de él, un gusto, soy Jung Hoseok, compañero de danza. Y ella —señaló a la chica que tiene al lado—. Es mi hermanita, Jiwoo.

A ciegas | pkrs ;; jjkkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora