Lottie esperó fuera del centro de alistamiento, mordiéndose nerviosamente las uñas. Sus ojos no se apartaban de la puerta, esperando en silencio a que el hombre que estaba detrás de ella saliera y volviera con las noticias. Una parte de ella esperaba que fueran buenas noticias, y la otra que se lo denegaran una vez más.
Varios hombres salieron del edificio, celebrando con sus amigos el alistamiento en la guerra. Silbaron y llamaron a Lottie, que hacía lo posible por ignorarlos, con la mano derecha agarrada con fuerza a la falda de su vestido azul oscuro de lunares.
—¿Es esa la pequeña Lottie Watson?
La joven mujer puso los ojos en blanco. Reconocería esa voz en cualquier parte, era la irritante voz que siempre la llamaba desde la mesa 5 de la cafetería durante sus turnos. Charles Issac, un snob que se creía con derecho a todo.
—Puedes llamarme Charlotte, sólo mis amigos me pueden llamar Lottie —respondió con voz monótona. Le echó una rápida mirada mientras se apoyaba en la pared junto a ella, pero mantuvo la vista fija en las puertas mientras esperaba a que saliera su mejor amigo.
—Vamos, muñeca. Pensé que ya éramos amigos.
Lottie sintió las yemas de sus dedos rozar el interior de su muñeca, y los recuerdos pasaron por delante de sus ojos en un instante.
—¡Hazlo otra vez!
Charlotte resopló y se apartó los mechones de pelo de la cara mientras miraba a su padre. Él le sujetaba la muñeca izquierda, mirándola con desprecio y esperando a que hiciera algún movimiento. Charlotte tiró de ella para intentar zafarse de su agarre, pero fue inútil.
—Papi, no puedo. Eres demasiado fuerte.
—No importa lo fuerte que sea tu atacante, importa lo fuerte que seas tú.
Charlotte gruñó, intentando girar la muñeca de su padre y zafarse una vez más. Pero no sirvió de nada. Su agarre era como el hierro.
ESTÁS LEYENDO
SLATE ˚ S. ROGERS. . . 🇪🇸
FanfictionSLATE | ❝ Nunca es demasiado tarde para empezar de nuevo. ❞ Charlotte Watson se merecía un nuevo comienzo, la oportunidad de volver a empezar su vida y ser la mujer que estaba destinada a ser, la mujer que Steve Rogers y Bucky Barnes sabían que llev...