RIVALES ENAMORADOS 13

2.3K 162 29
                                    

CAPÍTULO 13.

—¡Qué barbaridad!

La exclamación de la muchacha le despertó de su ensoñación y miró por encima de su hombro para ver qué era lo que le asombraba tanto.

Bizqueó al encontrarse cara a cara con el dibujo de una pareja de amantes en una pose bastante perturbadora. Antes de que ella pudiera evitarlo, pasó el brazo por encima del hombro y le arrebató el libro.

Candy, que se creía solá, dejó escapar un grito de alarma y se volvió. Al verle allí, sin embargo, su mal humor y sus temores se esfumaron, hasta olvidó que quería hablar con él por haberla marginado.

—¡¿Puede saberse qué demonios haces con esto?! No es una lectura decente.

A ella se le atascaron las palabras. Terry acababa de pillarla con las manos en la masa y no encontraba el modo de explicarse al verle tan alterado y casi ofendido por haber estado mirando ese intrigante y bochornoso libro.

"¡Será bribón! El ejemplar es suyo y se hace el puritano".

—Me has asustado y ese libro estaba en una de las estanterías. Se me dijo que podía usar la biblioteca y, que yo recuerde nadie me ha dado una lista de los que no deba tocar.

—Pues este libro está en uno de ellos

—¿Porque?

—Porque no es adecuado.

—¿Para ti o para mí? Porque digo yo que sí lo compraste sería por algo, no sólo por la exquisita encuadernación..

—Venía con un lote que adquirí en Francia hace unos años.

—¿Es el de dónde has aprendido a hacer el amor a una mujer? Un par de posturas me han resultado familiares, Otra sin embargo... aún no.

Terry se quedó en blanco. Candy lo miraba muy seria, pero tenía un brillo malicioso en sus ojos. Se había colocado de rodillas en el sofá y apoyaba a los codos en el respaldo. Parecía una alumna deseosa de aprender. La tela de los ceñidos pantalones oprimiendo de su repentina erección empezó a ser un suplicio. Candy esperaba una respuesta ¿pero que podía contestar a una pregunta tan directa y llena de insinuaciones?. Carraspeo para evitar echarse a reír, fue hacía las estanterías, retiró un un par de ejemplares de la primera y oculto el libro detrás de los otros.
—Una dama no habla de ciertas cosas.

—Estoy harta de que esa frase la usen los hombres con frecuencia. Una dama no habla de esto. Una dama no habla de lo otro... Hay mujeres que no quieren aprender pero a mí siempre me gustó sacar buena nota en el internado.

—Candy...

La vio levantarse e ir hacia él pasándose la punta de la lengua por los labios. Al sentir las manos femeninas en su pecho cerró los ojos.

—Te he echado de menos estos días. Terry ¿dónde has estado?

El gesto de Terry se volvió grave

—Recabando información, sobre el sujeto que entró en la casa y te atacó; el hombre de la cara marcada.

—¡Ah! —se quedó repentinamente desconcertada y se separó de él.

RIVALES ENAMORADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora