"Días restantes: 2"
Día y noche, hora tras hora, mis ojeras empezaban a tener más bolsas que ojos y sentía el cansancio más grande de mi vida, aun así, las ganas de ver el rostro de Aileri sorprendida por mis habilidades era lo que mantenía despierto. Repetía y repetía cada dibujo y cada línea de trazo, cada bosquejo y yo que no solía tener basura en mi cuarto esta vez era diferente, pues había hojas arrancadas y enrolladas en el suelo, basura de goma, bolsas de frituras, etc. Todo el fin de semana me la pase mejorando mi estilo de dibujo, todo por ella.
Siendo el domingo, después de haber terminado mi tarea, de practicar un rato y de darme un baño, decidí descansar de manera real.
-Mañana es lunes, eso quiere decir que nos toca salir a jugar futbol- eso pensaba al momento de guardar mis libros en la mochila y mientras buscaba la ropa deportiva.
Dormí y al despertar, vi la misma imagen de diario, el departamento donde vivía solo seguía igual de desordenado como siempre, la amargura y la soledad se podían respirar en el aire y la atmósfera era pesada y lúgubre. El trayecto era el mismo, solo hasta la intersección de la calle Yokohama donde siempre me veía con Enel y con Miles.
Aquel día ella no se presentó al colegio por asuntos personales, o eso me dijo por chat, así que me las tuve que ver con mi rutina simple de diario.
Llego la hora de deportes, cambiados todos nos dirigimos al patio trasero y empezamos a correr, Miles me preguntaba cómo iba mi avance con Aileri y Enel se percataba de si era más confiado en mí o si solo seguía sin avances.
Entonces finalmente llegó la hora, un partido entre compañeros del mismo salón, aunque la palabra "compañero" no era bien usada y es que, lo que a mí me concierne es: Que somos despreciados por todo el salón, así que siempre buscaban pleito los idiotas del fondo y hoy no era la excepción.
Sin embargo, tanto los chicos como yo decidimos jugar, dado que huir no era la opción que debíamos usar con ellos y así, el partido comenzó, el profesor encargo termino por dormirse mientras nuestro juego leal se convertía en una riña callejera.
En una de esas acciones el balón salió volando y teniendo la vista en él, decidí correr para rematar. MALA IDEA. Una vez que me vieron solo con este, todos los idiotas me llegaron "a matar" aunque logre fintarlos, no fue lo mismo con Mike, aquel chico popular que desde secundaria viene haciéndome Bullying, se acercó a mí y con una barrida jodidamente fuerte, me arrebato el balón; pero me tiro con tal brutalidad que solo oí un ruido y después sentí el dolor:
*Trick*
Me había dislocado el brazo, pero por alguna razón, el dolor era mayor y para colmo, nadie que no fuera estos dos, me ayudaron a llevarme a la enfermería.
-Lo siento, no es un esguince, es una fractura limpia-
... -¿Eh?, espere... ¿Está bromeando verdad? -le cuestionaba mientras ya hacia recostado en una cama.
Sin embargo, el doctor responsable me decía que no, aunque yo lo negara. Ese día terminé con una fractura en mi brazo derecho y una mentalidad rota completamente, debido a que... yo era diestro y el concurso era mañana...
Termine por irme a casa temprano y con una cara de acabamiento me tumbe en la cama sin importarme el dolor de mi propio brazo, después de todo; la operación era dentro de 3 horas y no estaba tan mal como para terminar internado. Aun así, ahora era oficial que no podría participar en el concurso, tome el teléfono y marce el número respectivo.
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Forget To Remember Her
Ficção AdolescenteEl amor puede ser un misterioso paradigma. Un giro inesperado que te puede permitir tener una nueva oportunidad. Sí no te arriesgas a hacer lo que deseas, alguien más lo hará por ti, así que; ¿qué es lo que harás? Ahora le toca a Giotto decidirlo...