Capítulo 1.

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Toco el timbre esperando ver a una alegre Kate abriendo la puerta, sin embargo no me pasó por la mente quien me abriría la puerta. Luego de esperar 5 minutos y tocar 20 veces el timbre llamo a Kathe.

-Hola mi queridísima amiga Ivy, espera que ya voy.- Y sin más cortó.

Bajé el teléfono al ver que abren la bendita puerta y de ella sale un apurado hombre digno de un libro que se llame "Los Hombres Más Sexys de Todo lo que Existe" cerrando los botones de su camisa ignorándome como si no lo estuviera viendo con cara de what  y detrás de él sale Kathe como si nada.

-Hola amiga, ¿esperaste mucho?- La miro con cara ¿me estás hablando enserio?

-No, llegué apenas estabas en la puerta y no vi a un hombre apurado con el ziper de su pantalón abierto al cuál llamaría sexy pero no sé  cuál relación tiene con mi bella amiga que espero me explique - digo con la ceja enarcada. Katie soltó una risita nerviosa.

-No tienes remedio, pasa. 

Dos horas después nos encontramos con mascarillas de aguacate en la cara viendo Esposas Desesperadas. No le dije nada más del hombre sexy que salió de su casa porque esperaba que ella fuera la que sacara el tema, así que lo hice yo al ver que  se acabó el capítulo. Ella estaba a punto de poner otro pero me adelanté

-¿Y?- Le dije animándola para que ella hablara.

-¿Y qué?- Preguntó mientras se levantaba para ir al baño y quitarse la mascarilla.

-¿No piensas contarme porqué un chico salía de tu casa apresuradamente? -Se quedó quieta al escucharme, pero luego abrió el tubo del agua.

-Sí, pero espera que me lavo la cara.- Esperé mostrándome paciente mientras me apoyaba en la puerta.

-Lo conocí el segundo día del club de poesía. Llegué al aula que ya estaba llena y me senté en el espacio libre, como son dos mesas juntas y la profesora ya nos había dejado claro que con las personas que nos sentáramos eran con las que trabajaríamos hasta que se acabe el club solo esa era la que sobraba y la de la par, así que me senté sola. 10 minutos después llegó un chico que cuando lo ví pensé que, cómo ser tan sexy puede existir, y al ver que la única mesa disponible era la del lado mío se sentó ahí. Al principio pensé que apenas se sentara me empezaría a hablar, pero al rato de 5 minutos de llegar me di cuenta de que no estaba entre sus planes y empecé yo. Me presenté y le traté de sacar conversación, pero solo daba respuestas de si y no y me terminé cansando de tratar hablar con  él porque era imposible. Ese día la profesora nos dejó un trabajo y decidimos que lo íbamos a hacer en mi casa. Hoy llegó, hicimos el trabajo, lo invité a almorzar y ya ves que una cosa lleva a la otra...

-¿¡Te acostaste con él!?- digo más como una afirmación que como una pregunta. Asiente sonrojándose. -No me digas como fue porque no lo quiero saber- la miro a los ojos.

-No lo iba a hacer.

-Y ¿cómo se llama?- Ella apartó la mirada y dijo casi en un susurro.

-Me lo dijo hoy, se llama Jacobo...- la miro sorprendida. 

-No te sabías el nombre de él cuando se acostaron? -la miro con los ojos como platos. Niega mientras se sonroja más. Quién creería que la tierna y dulce Kate, la que se sonroja cuando hablamos de temas sexuales se acuesta con completos extraños. Sinceramente no se me  pasó por la mente en ningún momento que Kate fuera así. Pero quién soy  yo para juzgarla, puedo ser su amiga y confiar en ella, pero somos humanos y tenemos secretos que no se los contaríamos ni a la persona en la que más confiaramos. 

-Bueno, es muy sexy y me atrae más de lo que quiera aceptar, siento que lo que pasó hoy creó una conexión muy especial entre nosotros- dice mientras suspira como una niña que besó por primera vez al niño que le gusta y fue hermoso, pero Kathe no lo conoce de nada, apenas fue ayer su segundo día de club y ya se acostó con su compañero que recién llegó, me preocupa que se cree falsas ilusiones.

-Amiga, deberías considerar que no se conocen de nada, tal vez tenga novia o incluso esposa.- me mira mal mientras rueda los ojos.

-Claro que no Ivy, no seas negativa, no todo es una novela dramática como la pintas.

-Sólo te estoy dando mi opinión, no quiero que sufras Kathe.

-No necesito que te preocupes por mí,  sé cuidarme sola y sé lo que hago.- dice mientras me mira con ojos de ya lo sé, no necesito tu opinión que igual me vale mierda con tono de niña rebelde a la que regañan.

-No lo dije con intención de enojarte, sólo me preocupo por mi amiga. -Me mira fijamente mientras se va dando un portazo. Pienso en lo que pasó en los últimos minutos y me sorprende al ver esa faceta de Kathe, no pensé que se enojaría por preocuparme por ella, pero así fue, y me cuesta asimilarlo. Kathe siempre ha sido muy tranquila pero hoy me sorprendió mucho a ser sincera. No sé como sentirme, si enojada por haberme casi gritado solo por preocuparme por ella o si triste porque se enojó conmigo. Cualquiera pensaría que iría detrás de ella a pedirle perdón por mi error, ¿pero cuál error? Sólo me preocupé por ella y ella sola se enojó, no tengo la culpa de nada y no me arrepiento. Me quito rápidamente la mascarilla, recojo mis cosas  y busco a Kathe. La encuentro en la terraza con un cigarrillo, definitivamente hoy es el día de sorprender a Ivy.

-¡Ya me voy, adiós!- le grito desde lejos para que me escuche, nunca me ha gustado el olor a tabaco y esta no es la excepción. Kathe se vuelve rápidamente al escucharme.

-¿Ya te vas? ¿porqué? -dice mirándome con rareza.

-Tengo cosas importantes que hacer.

-¿No que te ibas a quedar a dormir?. No me digas que te enojaste solo por haberte hablado feo. -dice con burla. La miro fijamente con un poco de sorpresa porque definitivamente esta no es la Kathe que conozco.

-Adiós, ten un buen día -le digo mientras bajo las escaleras para irme.

Sí que me iba a quedar a dormir, tenía muchos planes para hacer con ella, pero viendo su humor mejor me voy, no pienso quedarme viendo como se desquita conmigo sin razón. No soy tan tonta como para aguantar su actitud.

Camino hacia la parada porque justo hoy no me llevé mi Nube preciosa, mi carro. Espero pacientemente a que llegue el bus porque no tengo prisa.

No pienso qué le pasa a Kathe, claro que me preocupa, pero no le voy a preguntar ni a ser víctima de sus ataques. Saco mi teléfono y abro la aplicación para leer, me concentro tanto que no me doy cuenta de  que alguien se sienta al lado mío y percibo un olor masculino.

Levanto la mirada y me quedo pasmada al ver al sexy chico que salió de la casa de Kathe hace unas horas, viendo fijamente teléfono, y al parecer sin intención de dejar de verlo.

Por tu culpa.Where stories live. Discover now