Por tu culpa.

Capítulo 7.

Salgo lo más tranquila posible, compro la blusa que supuestamente me estaba probando y salgo de la tienda.

5 minutos después Jacob sale del vestidor como si nada hubiera pasado, se lleva las miradas de las trabajadoras y los clientes pero él o las ignora, o no se da cuenta.

Me guiña un ojo, me toma de la mano y me jala para caminar a su lado.

Ninguno rompe el silencio hasta que nos subimos al auto.

-¿Dónde quieres ir? -pregunta volviéndose de lado hasta poder verme.

-A mi casa por favor. -asiente y pone su mano en mi rodilla. Ignoro los nervios que me dan el estar sola con él y apoyo mi cabeza en la ventana mientras veo el camino. Solo hablamos para darle la dirección de mi casa.

-Gracias por molestarte en traerme Jacob, hasta luego. -me despido de manera rápido viéndolo al bajar del auto.

Cierro la puerta y mientras saco las llaves escucho una puerta abrirse y luego cerrarse.

-Espera. -me vuelvo tratando de no verme nerviosa.

-¿Sí? -se acerca hasta tocar la punta de sus zapatos con los míos. Alzo la mirada para verlo mejor.

-Te recojo a las 8, ponte guapa -mira a otro lado pensativo y me vuelve a mirar -aunque guapa siempre estás, pero ponte más de lo normal. -Siento mis cachetes arder, miro a otro lado y asiento. Él ríe al ver mi reacción, cuando termina de reír pienso que va a dar media vuelta, subirse a su auto e irse, pero solo se queda mirándome mientras siento que pone sus dos piernas a mis costados para estar más cerca de mí.

Lo miro y él me devuelve la mirada, miro sus labios deseando romper la distancia, agarrarlo del cuello y besarlo. Ganas no me faltan, pero la poca cordura que me queda sabe que es incorrecto hacerlo.

-¿En qué piensas? -susurra cerca de mis labios.

-En nada. -suelto un suspiro inconscientemente. Jacob intercala miradas entre mis labios y mis ojos. Se acerca todavía más. Me separo un poco.

-Debería entrar... -lo miro a los ojos.

-¿De verdad lo crees?, porque yo no.

-Yo creo que sí... -digo tras una pausa.

-Bueno, si tú lo dices. -se aleja.

-Si...¿Quieres entrar? -digo tras pensarmelo.

Me vuelve a ver y curva su boca en una sonrisa.

-Déjame revisar mi agenda -saca su teléfono y lo usa durante un minuto. -si puedo.

Rogado.

Me vuelvo y giro las llaves. Abro la puerta y me hago a un lado para que entre. Imita una reverencia cuando pasa a mi lado y giro los ojos.

-Quédate ahí, no toques nada. -entro a mi cuarto para dejar mi bolso y cuando me doy la vuelta me asusto soltando un grito. Jacob está examinando mis cosas como un detective.

-Te dije que esperaras en la cocina. -digo agitadamente y me llevo una mano al corazón.

-Y no respondí nada. -me doy la vuelta y giro los ojos. 

-Voy a buscar a mi mamá, quédate aquí y no hagas nada, ¿sí? -lo miro entrecerrando los ojos.

-Sí. -asiento y me dirijo al cuarto de mi madre.

-¿Mamá? -abro la puerta y encuentro una nota en su cama. 

Salí con mis compañeras de la escuela, vuelvo en tres horas. Pórtate bien, cocina algo. Te quiero.

Tiro a la basura la nota y salgo de su cuarto.

Voy a la cocina y pongo a hacer palomitas. Mientras espero tomo un vaso con agua y me vuelto a la ventana para esperar a que estén.

Siento unas manos posarse en mi cadera y un pecho posarse en mi espalda. Escupo el agua al vaso y me soy la vuelta.

Encuentro a Jacob sonriendo como un niño que hizo una travesura.

-Deja de asustarme. -digo tratando de parecer molesta.

-No es mi intención hacerlo, lo haces tú sola. -ruedo los ojos y lo miro a los ojos.

Ahora soy yo la que me acerco a él y levanto mi cabeza para poder verlo. Cuando la punta de nuestras narices se tocan miro sus labios y vuelvo a sus ojos. Él hace lo mismo pero no se acerca.

Maldigo que no lo haga. Deseo que me bese, aunque el que me escuche piense que sueno desesperada, no es así.

Trago saliva y con el valor que no sé de donde lo cojo termino con la distancia y le doy un pequeño beso por encima de sus labios. No me da tiempo a separarme cuando él intensifica su agarre en mi  cadera y me atrae hacia él.

Me besa y yo se lo devuelvo, muerde mi labio inferior, tira de él, da un pequeño beso y vuelve a besarme. Abro la boca y empezamos a tocarnos con  la lengua, le muerdo los labios y nos besamos como si no hubiera un mañana. Alzo mis brazos y los pongo detrás de su cuello. Alza mis piernas y yo las enrollo en su cintura. Separa sus labios de los míos y besa mi cuello. Tiro mi cabeza hacia atrás para que tenga mejor acceso. Empieza a caminar hacia mi cuarto. Cuando llegamos cierra la puerta detrás de él y me sienta en la cama. Me besa y tira de mi blusa hacia arriba, yo alzo los brazos y cuando termina la tira al suelo. Se separa y me mira la nueva piel expuesta. Vuelve a mis ojos y solo puedo distinguir deseo y lujuria. Me besa, muerde, succiona, chupa, besa. Le quito su camisa y paso mis manos por su torso, brazos, cuello y pelo. Jalo su pelo hacia atrás cuando hace un camino de mi boca a mis pechos. Quita mi sostén, se separa de nuevo, me besa, y besa mis pechos. Besa,, muerde, succiona los lados hasta que juega con mis pezones. Gimo y envuelvo mis piernas en su cintura. Le quito el pantalón y él hace lo mismo con el mío. Se pone encima mío y besa todo mi cuerpo con delicados besos. Clavo mis uñas en sus hombros y lo atraigo hacia mí. Hago lo mismo en su cuello con lo que él hizo con el mío. Gimo cuando toca mis piernas lentamente y se dirige a mi centro. Se separa lo suficiente para poder vernos a los ojos y parece que busca mi aprobación. Asiento mirándolo a los ojos y deja caer su cuerpo encima del mío pero sin aplastarme. Besa mis labios y mi cara. Besa la punta de mi nariz y cuando se separa yo hago lo mismo con la suya. Se me queda viendo con algo que puede ser ternura, pero no creo. Bajas mis bragas y dirige su mano a mi centro, abro más mis piernas y tiemblo cuando siento la punta de sus dedos tocar mi clítoris. Baja más sus dedos y de ahí empieza a tocar todo lo que puede, gimo cuando estimula mi clítoris y mete un dedo. Cojo su cara y dirijo sus labios a los míos. Lo muerdo cuando suelto un gemido en su boca. Eso parece prenderlo más porque con su otra mano masajea mi pecho. Toca, aprieta, y masajea. Repite esos movimientos pero no me aburro de ellos. Gimo cuando mete dos dedos y alzo mi espalda hasta tocar su pecho.

Acaricio su pecho, espalda, brazos, hombros, cara, y por último llevo mi mano con palma abierta a su bóxer y aprieto suavemente su miembro. Gruñe y separa su  boca de mi cuello, lo que me parece lo más sexy del mundo.

-Te voy a coger hasta más no poder, no aguanto más y creo que tú tampoco. -ríe cuando protesto al sacar su mano de mi centro. Se acerca a mi oído y susurra con voz ronca -voy a hacer de esta noche la mejor de tu vida, y tal vez de la mía. -se separa y me da un largo beso.

Saca su bóxer y busca un condón en su bolsillo. Dirijo mi mirada a su miembro y muerdo mi labio inferior. Él parece no darse cuenta de que lo miro mientras se pone el condón. Es una imagen de lo más sexy. Alza su mirada cuando termina y mientras se acerca y se acuesta, sus ojos no dejan los míos.