Luego de haber charlado varios días por mensaje con Andrés, me estaba empezando a agradar.
No era tan tonto, ni tan chico malo como quería aparentar.
Algunas veces cuando no había de que más hablar o cuando no me sentía muy bien me contaba algún chiste, y realmente eran muy malos. Y creo, no estoy segura que por eso me hacía reír.
Un sábado luego de haber terminado de leer uno de mis libros sonó mi celular, una llamada. Conteste...
-Hola María. Soy Sam, quería saber si ibas a hacer algo hoy.
-Hola Sam. Pues no tengo planeado nada ¿en qué piensas?
-Nada raro, sólo salir un rato al c.c con un amigo. - sí, su amigo- Y si puedes, tú también.
Acepte ya que no quería pasar el día aburrida en mi casa.
Busque algo cómodo para colocarme. Guarde mi celular, unos auriculares y un poco de dinero en mi bolso.
Cuando llegue al lugar los encontré sentados cerca a la fuente casi como la primera vez, solo que con menos personas y ruido alrededor. Toda la tarde fueron risas, corríamos por todos lados, algunas veces charle con él.
¿Les cuento un secreto? Me encantaba su mirada, me encantaba verlo sonreír, me encantaba estar con él, me encantaba sentir el roce de nuestra piel, ese día me sentí feliz.
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Todos los días hablábamos. Cuando me sentía mal me sacaba una sonrisa, cuando no había que más decir intentaba buscar algún tema de conversación o por última opción contaba uno de sus malos chistes. Era indescriptible la sensación que sentía cuando hablábamos.
-Un poco de mí-
Yo era como un libro, de aquellos que quieren pasar desapercibidos y que por su portada todos prefieran no abrirlo.
Nadie me conocía muy bien, a veces sentía que ni yo misma.
A pesar de que todos vieran mi vida como la mejor, la más fácil o por lo menos con menos problemas que los demás, no era así. En tres ocasiones intente suicidarme... De las formas más tontas posibles, porque como se dan cuenta no funciono. Estas cosas eran difícil de decir y de que las personas lo entendieran, así que ya ven porque no me gusta ser tan transparente con mi vida.Me desahogaba leer y escuchar música, y aunque antes me gustaba hablar con personas por mensajes me di cuenta que lo único que hacía es que me diera mucha más pena en persona.
Odió mi cabello, mi nariz, mi estómago, mis brazos... Podría seguir con la lista y nunca terminar. Realmente me desagradaban muchas cosas de mí, pero era algo que tampoco le daba tanta trascendencia, vamos, tú y yo sabemos que si dijera que me odió me tildarían de "querer llamar la atención" o de "loca", básicamente eso es lo que hace la sociedad, etiquetar y etiquetar.
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Luego de varias semanas, un día común me llego un mensaje. Su saludo de buenos días.
-Buenos días. -Le respondí.
-¿Que hermosos sueños tuvo esta princesa?
-Un hermoso sueño donde eras un sapo y yo como buena princesa iba a romper el hechizo que te habían puesto.
-¿Entonces me besaste y vivimos felices? -me pregunto.
-La verdad no, no te convertiste en nada así que me fui a comer un helado. -Termine de contarle, riendo.
-Seguro fuera en la vida real y no te hubiera dejado escapar. -escribió- Sólo fue un sueño.
Bromeamos sobre mi supuesto sueño durante un rato.
-Necesito decirte algo -Me dijo de momento- Y ya no puedo esperar más.
-Pues dime. -Respondí.
-Cuando hablo contigo una sonrisa se crea en mi rostros, un sabor de felicidad siento en mi boca, mi día es mucho más fácil. Es como si fueras lo que necesito para sentirme vivo. Me has dado otra forma de ver las cosas, y aunque te conozco hace poco siento que te conociera desde toda la vida.
No sabía que responder. Si sentía una atracción hacia él, pero como bien dijo, hace poco lo conocía. Las veces que lo vi mi pena todavía se apoderaba de mí, no podía verlo mucho tiempo porque comenzaba a temblar, mi pulso se aceleraba y mi voz salía entrecortada eso hacía más difícil saber un poco más sobre quien era realmente.
-No sé qué decir. -dije.
-Tal vez sólo podrías responderme si quieres ser mi novia- Dijo por fin.
-Estoy confundida, me has tomado desprevenida. -Dije- Además no llevamos mucho conociéndonos y creo que es muy apresurado.
-Entiendo, pero una última cosa. Sólo quisiera saber si sientes lo mismo que siento, o por lo menos una parte.
-Tal vez.
Luego de eso nos despedimos. Se estaba haciendo tarde y al día siguiente teníamos clase.
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Amor efímero.
Teen FictionSomos jóvenes queriendo tener amores a monto, queriendo experimentar tanto, hacer lo que todos hacen. Nos apresuramos a la vida, nos llenamos de ilusiones y cuando tocamos fondo es que nos damos cuenta que es realmente el amor. Maria es una chica de...