Harry sorprendentemente estaba algo preocupado. Esa mañana Malfoy le había llamado para decirle:
—Hoy no puedo ayudarte con pociones, tengo cosas que hacer.
Y aunque su rostro mostraba indiferencia, su tono de voz se escuchaba apagado y cortante.
Harry no creyó que sería bueno hacer preguntas y solo asintió, pero en eso había estado pensando todo el día.
Quería hablarle, preguntarle si todo iba bien, pero no podía. Así que decidió que lo mejor era esperar hasta mañana.
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Ya habían pasado dos semanas desde que Draco había discutido con Blaise y Pansy, y sinceramente jamás se había sentido tan solo en toda su vida.
Draco ya no le había estado dando clases a Potter desde lo ocurrido, no se quería sentir a si de miserable en frente de él. Así que decidió que lo mejor era ignorarlo por el momento.
Se encontraba en el Gran Comedor a la hora del desayuno, Blaise y Pansy ya no se sentaban junto a él, aunque no estaba del todo solo, estaba con Theodore, y Crabble y Goyle comiendo como cerdos. Pero no sentía igual.
Aunque se sorprendiera él mismo, le hacían falta locuras de Pansy, fastidiandolo con Potter o con cualquier cosa. También le hacían falta los comentarios estúpidos de Blaise a todo lo que decía. Habían sido amigos toda la vida, y ahora esa amistad está apunto de romperse por una estúpida discusión.
. . .
Draco estaba con Theodore de camino a las Mazmorras, cuando oyó que una voz inconfundible le llamaba desde lejos.
—¡Malfoy!—grito Potter—¿Podemos hablar?—pregunto con la respiración agitada.
Draco le hizo una seña a Theo de que siguiera, luego el pasillo se quedó desierto, no más que ellos dos.
—¿Qué quieres?—pregunta Draco cortante.
—Tú...¿Estás bien?—pregunto con algo de preocupación en su voz.
Draco se sorprendió por la pregunta pero arqueo una ceja.
—Si.
—¿Seguro? Porque...
—Estoy bien, Potter—interrumpió fríamente.
Draco volteó con la intención de irse de ahí. Pero sintió como una mano lo jalaba del brazo y lo obligaba a ver al azabache a los ojos.
—Malfoy...
—Suéltame, Potter—susurro fríamente, desviando la mirada—ahora...
—No—dijo con seguridad.
—¡Potter, alejate!—exclamo furioso zafandose del agarre y volviendo a ponerse en camino.
—¡Malfoy!
Pero Draco no escucho y siguió su camino.
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Harry se preguntaba donde estaría Malfoy ahora. Estubo pensando un largo rato, hasta que un recuerdo llegó a su mente. La última vez que vio a Malfoy queriendo estar solo o algo parecido fue...
. . .
Harry se dirigía a la torre de astronomía en busca de Malfoy. Cualquiera diría que se estaba obsesionando con Draco Malfoy, y era que hasta él mismo lo creía.
Cuando llego, lo vio, se encontraba igual que la primera vez que lo vio en ese lugar. Pensativo. Solo que esta vez estaba un poco más deprimido, por decirlo así. Harry se fue acercando lentamente hasta quedar en frente de él y puso una mano en su hombro, este se sobresalto con expresión de sorpresa en su rostro que luego se transformó en enojo.
—¿Tú?¿¡Qué diablos quieres, Potter?!—pregunto enojado.
—¡Saber que sucede!—exclamo—Te vez mal, Malfoy. Aparte no has estado llendo a la biblioteca.
—¿Y qué? No es mi culpa si repruebas pociones, Potter.
—¡No se trata de eso! Es que...¡Agh!—dijo pasándose una mano por el pelo—Escucha, no sé qué te sucede, ni porque estoy aquí, pero sé que no estás bien y quiero saber porque.
—¿Por qué?
—¡Merlín, no lo sé! Yo...solo dime qué sucede y tal vez te pueda ayudar.
—¿Ayudarme? Olvídalo, Potter, es ridículo.
—Vamos, Malfoy, ¿Qué sucede?
—¡Bien! ¿¡Quieres saber que sucede?! Te lo diré. ¡Sucede que soy un idiota!¡Un imbécil que no puede hacer las cosas bien!¡Ahora por culpa de eso estoy perdiendo a...!—suspiro, desviando la mirada.
Harry estaba parado en seco. Nunca se imaginó está situación.
—Malfoy, yo...
—Olvidalo, Potter—dijo caminando a la salida.
—Espera.
Draco se detuvo, sintiéndose estúpidamente miserable. Y volteó. Viendo al azabache a los ojos.
—Escucha, tal vez no sepa lo que sientes ahora, pero sé que querer estar solo no lo va a solucionar. Solo...te sentirás peor, sé que después de estos años no es fácil pero quiero que sepas que puedes confiar en mí, quiero ayudarte, Draco.
A Draco no le importaba nada en ese momento, no le importaba que Potter lo había llamado por su nombre, no le importaba lo que Potter pensaría de él después de esto. Así que ese fue el momento, en el que Draco se lanzó a los brazos del otro, abrazándolo.
Harry había quedado paralizado. Pero al cabo de unos segundos fue correspondiendo aquel abrazo, sabiendo que el rubio lo necesitaba.
Y sin que ellos lo supieran, fue la noche en la que empezó todo.
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¡Te odio!... ¿no? || Drarry || [Editando]
FanfictionDigamos que se odiaban lo suficiente para amarse... El mundo de Harry Potter como saben no me pertenece, le pertenece a J.K. Rowling pero la historia es completamente mía. Espero y la disfruten.