¡Te odio!... ¿no? || Drarry || [Editando]

Capitulo 38.

Desde lo sucedido en la torre de astronomía, Draco y Harry no se habían dirigido la palabra.

Era cierto que a menudo cruzaban miradas llenas de incomodidad, miedo e intriga. No había pasado un día en el que Harry no piense en eso y a menudo se sienta un cobarde por haber huido.

Mientras que Draco no sabía muy bien que pensar. Harry lo había besado, y luego se había ido sin dar ninguna explicación. Draco se la pasaba pensando en si sería buena idea dirigirle la palabra nuevamente o si aún sería incómodo. Ciertamente estaba enamorado de Harry Potter, pero fue este quien lo beso, no Draco, y el rubio no sabía que pensar respecto a eso.

—Espera, espera...¿¡Te beso y no fuiste detrás de él?!—exclamó un enojada Pansy—¿¡Que sucede contigo, Malfoy?!

—¡Baja la voz, Pansy!—exclamó el rubio en un susurro—Y en caso de que fuera detrás de él, ¿Que esperabas que hiciera?

—¡Que vayas y lo beses para luego declararse su amor mutuamente e ir agarrados de la mano por todo el maldito castillo de la forma más cliché posible!¡No lo sé, pero algo tenías hacer!

—Bueno, ahora Potter y yo no nos dirigimos la palabra, así que tu plan fracaso— a Draco le dolía decir esas palabras, le dolía tener que disimular que no le importaba, pero le dolía más saber que aquellas palabras eran ciertas.

—¡Ay, Draco, a veces eres tan...!—antes de que Pansy terminará de explotar, Blaise puso una mano reconfortadora en su hombro. Pansy soltó un pequeño suspiro—¿Y que planeas hacer ahora, Draco Malfoy?—preguntó aún con una leve molestia.

—Yo...

—Si me permiten dar mi opinión—dijo Theo separando la vista de su libro. Todas las miradas se posaron en él—Pansy creo que te estás dejando llevar un poco—la mencionada alzó una ceja—si, sabemos que Draco puede ser un estúpido en algunas cosas, pero, ¿Que esperas hacer presionando el asunto?¿Crear otra "cita" secreta?—Pansy abrió y cerró la boca—probablemente está discusión siga y siga hasta que Draco se harté de la insistencia de Pansy y vaya a llorar a su habitación—ahora Draco alzó una ceja.

—¿Qu-

—Y, Pansy, todos sabemos que tus intenciones son de ayudar y no estoy diciendo que todo lo que hayas hecho haya sido inútil, pero conociendo a Draco, te escuchara hasta que no te soporte y todo se irá a la mierda. Lo que trato de decir es que, Pansy, tienes que dejar que Draco piense por si mismo. Y a ti—dijo dirigiéndose a Draco—lo único que te dire a ti y a tu estupidez será que dejes de ser tan cobarde y luches por lo que quieres—decia levantándose del sofá—y ahora, si me permiten, iré a leer a mi habitación—y sin más se fue del lugar.

Hubo silencio durante algunos minutos.

—Se que quisiste ayudar—empezó Draco.

—Y creo que hice suficiente—dijo dándole una sonrisa al rubio—no me meteré más, hablarle o lo que sea que venga depende de ti—dijo viéndolo fijamente. Draco asintió devolviendo la sonrisa—¡Pero igual cuéntame todo!

—Solo no seas más idiota—advirtio Blaise. Draco rodó los ojos sin borrar su sonrisa.

Luego Blaise y Pansy se fueron de la habitación. Draco se quedó un momento pensando.

¿Debería volver a hablarte?

¡Estúpido Potter!

¿Por que tuve que enamorarme de ti?

Draco suspiro. Sus amigos tenían razón. No iba a escapar más de eso. Tenía que hacerlo, necesitaba hacerlo.

Sin más, se levantó rápidamente a buscar al azabache, a ese estúpido azabache que tanto amaba.

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Harry caminaba por los pasillos del castillo rumbo a su clase Adivinacion, no tan tranquilo. ¿La primera y única razón?

Draco.

Últimamente siempre era Draco.

Lo había besado. Él mismo había besado al rubio.

¿Que estaba pensando en ese momento?

Pensaba que se estaba volviendo loco.

Draco. Bese a Draco. ¿Por qué bese a Draco?. ¿Que pensará Draco de ese beso?. ¿Draco me odiara?¿Me matará?¿Que pasará si vuelvo a hablarle?¿Y por qué no puedo parar de pensar en él?

Demonios.

Bese a Draco.

Y me gustó.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió una mano sujetando la suya y obligándolo a caminar en dirección contraria. Al ver quién era abrió sus ojos en sorpresa, pero no dijo nada.

Al darse cuenta estaba en un aula de desuso. Oyó la puerta cerrarse detrás de él y lo siguiente que sintió fueron los labios del rubio sobre los de él.