Capítulo 4.

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Para: Crush
De: Pues yo, quién más

¡Hola, Crush!

Jo-der. ¿Sabes qué tan hermoso te ves con jeans ajustados?

Muy hermoso.

Apetecible.

Guapísimo.

Precioso.

Un dios.

Bueno, ya, pero en serio. Sólo digo que tus papás te hicieron con muchas ganas, les saliste buenísimo.

Lastima que, lo que me hizo dejar de sonreír fue la persona con la que ibas románticamente de la mano: tu muy atractiva novia.

De la que por cierto, me enteré que ya llevan dos años saliendo y que son una de las parejas más envidiables del instituto, no me inmunté. De echo, me alegra mucho saber que al menos tú tienes oportunidades en el amor. Y no haces esas cosas patéticas de escribir cartas a tu crush, el cual nunca las va a leer.

O sea, pfff, qué loco, ¿No?

Ash, ¿A quién quiero engañar? A tí obviamente, no.

Me rompió el corazón lo de tu relación. Vaya, incluso rima...

A lo que quiero llegar es que, tú nunca sabrás de mí, nunca tendremos una cita o una relación siquiera. ¿Y sabes? Aunque me duele, aunque me hace soltar lágrimas como la sentimental que soy; lo acepto.

Puedo sobrevivir con ello.

Porque estoy tan enamorada de tí, que él solo echo de saber que existes siendo feliz y amado, me hace ser feliz también.

Aunque me hayas roto el corazón sin saberlo, aunque me duela todo, aunque no tenga ni un puto amuleto de suerte para tenerte; soy feliz.

Y no sé, hoy tuve una loca discusión conmigo misma sobre cómo sería decirte lo que siento:

Yo: ¡Es hermoso el amor!

Tú: ...

Yo: ¡Estoy enamorada!

Tú: ...

Yo: ¡De tí!

Tú: ... ¿Quién carajo eres?

Sí... Justo así sería. Wao, al menos no seas tan duro si eso llega a pasar.

Adiós, crush.

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