El día había largo así que tomo su tiempo para disfrutar de la ducha, el agua caliente y la tranquilidad del lugar le ayudaban a relajarse, no dejaba de pensar en lo feliz que se sentía al volver a ver a Pedro y saber que esté no parecía guardarle rencor. Cerró sus ojos bajo las gotas de agua de la regadera y pequeños fragmentos llegaron a su mente, veía a la Abuela de Pedro sentada en su mecedora tejiendo un suéter color verde pasto y al lado de ella un pequeño Enrique acostado durmiendo plácidamente cuál bebé, a lo lejos una voz lo llamaba y al voltear era su mejor amigo con una pelota invitándolo a jugar, luego de eso no recuerda nada y después otra vez alguien le hablaba, no era la voz de pedro, era la de la señora Constanza pero no lograba verla.
Constanza: No pueden golpear ni dañar jamás este rosal ¿entendieron? Es la muestra de que son mejores amigos y jamás se van a dejar el uno al otro, el día en que se marchite será por que ambos han dejado de quererse el uno al otro.
Juan sonrió volviendo a abrir sus ojos, si el rosal aún florecía tan hermosamente todos los años significaba que aún había amistad entre el y Pedro pero al mismo tiempo no recordaba todo lo que pasaron para llegar a ser tan cercanos, al verlo sentía que estaba en el lugar más feliz del mundo, que quisiera quedarse a su lado todos los días, ¿sería posible que tuvieran más que amistad? -No, no es posible- dijo a si mismo dudando entre cada palabra, si alguna vez hubiera sentido tal cosa estaba seguro que jamás lo olvidaría a menos que se hubiera esforzado demasiado en hacerlo. Tendría que averiguarlo en el tiempo que se quedara ahí, tenía que encontrar respuestas y la única manera de hacerlo era volviendo a su casa, el lugar que estaba plagado con cosas de su pasado y que esperaba siguiera intacto después de tantos años.
Salió de la ducha envuelto en la toalla, después de todo aún no escuchaba que regresara Pedro, al salir al pasillo y voltear la mirada se encontró con una figura alta y gordita, con barba, piel blanca y cabello corto con rostro de espanto, no era nada más y nada menos que el padre de Pedro, el Señor Miguel.
Miguel: JUAN NO MAMES QUE HACES DESNUDO EN LA CA-AAAAAH ¡¿ACASO VOLVISTE CON PEDRO!?, No, Puede, Ser, siéntete como en casa hijo, al ratito bajas para platicar mejor, además estás bien flaco ¿pues que comías? ¿aire? -Dio unas palmadas en la espalda de Juan y sonrió dando la vuelta para irse-
Juan se quedó parado en medio del pasillo aferrado a su toalla con la que pensaba secar su cabello, su rostro estaba intacto, con cara de ¿Qué pedo, que pedo? -Así que eso éramos- rió nervioso y entro a su habitación cerrando la puerta con cuidado, una vez dentro se desplomo en el suelo con la espalda recargada en la puerta, su cabello aún empapado en agua caía sobre su rostro el cual tenía con la mirada para abajo, su rostro y orejas estaban rojas, tendría que mantener la compostura de que no sabía nada y nunca escucho lo que dijo del señor miguel, aún tenía que explicarse muchas cosas sobre eso y su investigación a penas acababa de comenzar.
PD. JAJA que onda, ya ni había subido nada, una disculpa bien grande, pero ya volveré a actualizar seguido o al menos trataré de hacerlo, con la universidad y tareas además de otros estudios se me va el tiempo en ello:c pero volveré a retomar está historia. Una disculpa y espero puedan tenerme paciencia. Love u.
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THE INCREDIBLE AND LOVELY STORY OF PEDRO AND JUAN
RomancePedro is a tall guy who loves tacos and his machete. Juan is a cute and weird dude who loves Pedro but he don't know why. Juan, un joven que vivía en la gran ciudad regresa a su pueblo natal después de 10 años, al llegar se entera que perdió sus me...