La gran noticia

30 7 8
                                    

-Me niego. Me niego en rotunda a irme de aquí! - grité a mi madre y a Nick. 

-Cariño, he encontrado un trabajo estupendo en un pequeño bufete de abogados, no puedo decir que no! - dice mi madre.

-Ya tienes uno aquí! Yo tengo una vida aquí! No puedes hacerme esto!

-Estamos a cuatro horas, puedes venir cuando quieras.

-No! No quiero un nuevo instituto, ni una nueva casa, ni una nueva vida. No!

-Caroline, no deberías gritarle a tu madre - se metió Nick, el nuevo marido de mi madre - te entiendo, sé que es difícil para ti, yo cambié de instituto tres veces y nunca llegué a tener un buen amigo, y yo sé que tu los tienes, pero es una gran oportunidad para tu madre. Si, es un pueblo pequeño, pero es muy acogedor y muy bonito. Tenemos una casa en mente que estoy muy seguro de que te encantará. 

Me quedé mirando a Nick, con las lágrimas amenazando con brotar de mis ojos. Estoy segura de que nada en Aurora, Cayuga, me resultará 'acogedor'. 

- A Emma también le ha costado aceptarlo, pero al final resulta que también está emocionada por mudarse.

Emma es la hija de Nick. Tiene diecisiete años, igual que yo. Nick es un buen tío, pero no puedo decir lo mismo de su hija. Es una estirada y siempre me mira por encima del hombro. Como si fuera más que yo. 

-Espera, se lo habíais dicho ya a Emma? - pregunté sorprendida. 

Mi madre miró a Nick, y él miró a mi madre. 

Mi madre abrió la boca para dar una explicación pero Nick se adelantó.

-Ya se lo explico yo Helen - dijo él, dirigiéndose a mi madre por su nombre real, algo que no suele hacer. Acostumbra a llamarla 'Caramelito' o 'cariño'. Parecen dos críos. 

-Se lo contamos a Emma antes por que... Para... A ver, sabíamos que no estarías de acuerdo, así que se lo dijimos a ella para que intentara hablar contigo y convencerte, pero Emma no colaboró demasiado - dijo haciendo una mueca.

-Claro, Emma está de acuerdo, cómo no - dije sarcásticamente. 

-Si, estoy de acuerdo - dijo ella entrando al salón, con su melena rubia lisa como una plancha recogida en una coleta. Jamás entenderé por qué se alisa el pelo para ir por casa. Creo que nunca la entenderé. 

-Me parece perfecto Emma, pero yo no. 

-No puedes complacer a tu madre ni si quiera una vez?! Es que eres tan egoísta que no puedes hacer un esfuerzo por ella? Sabes que nos iremos igualmente, te guste o no, pero será más fácil si cambias la cara - dijo con ese tono que no soporto.

-Claro que hago cosas por ella, me mudé contigo, más sacrificio que ese...

Sus ojos del color de la miel me dirigieron una mirada fría e indignada. Pasaba de ella, me da igual lo que diga.

-Y cuándo nos mudamos? - pregunté, sin saber todavía si había cedido.

Mi madre sonrió y miró a Nick. 

-Bueno cariño, teníamos planeado irnos en dos semanas - dijo.

-Dos semanas?! - grité - yo creía que tendría unos cuantos meses...

-Ya, yo también, pero me daban el trabajo si empezaba en un mes. 

Me di la vuelta y me dirigí a mi habitación. Mi madre hizo ademán de seguirme, pero Nick le sugirió que a lo mejor necesitaba algo de privacidad. 

Me estiré bocabajo en la cama, cómo siempre hago cuando voy a llorar. 

Antes de que pudiera darme cuanta, tenía el rostro bañado en lágrimas. Sólo me quedaban dos semanas con Julia y Verónica. 

Julia y Verónica son mis mejores amigas desde que tengo uso de razón. Jamás he imaginado una vida sin ellas, y muy pronto, en dos semanas exactamente, tendría que dejarlas. 

Mi madre dice que Aurora está a cuatro horas de Manhattan, mi ciudad desde que nací. No podré venir muy menudo. 

Quise llamarlas, contarles por lo que estoy pasando, pero prefiero decírselo en persona. 

Pasaron unas horas desde que me quedé sin lágrimas, y oí que Nick estaba entrando en la habitación. Fingí estar durmiendo. 

Se quedó mirándome, con una cara que no sabría decir si expresaba pena o cariño. Se acercó a mi y me cubrió con las sabanas. 

Cuando estuve segura de que se había ido abrí los ojos, y pensé que podría llegar a quererlo, como padre, quiero decir. Jamás lo admitiría. 

Más allá de la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora