Capitulo 64

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Habían pasado semanas, no hay que especificar cuantas para saber que Atsushi vivía de lo mejor ahora.

El tiempo había transcurrido y su aptitud con Akutagawa o viceversa no a cambiado para nada o quizás si y no lo notaban, el azabache era un poco menos ofensivo con el albino pero igual seguía con su aptitud y personalidad detestable para todos los de la agencia.
Atsushi tendría que ocultar de todos sus conocidos que ya estaba empezando a acostumbrarse y quedar encantado con ese Akutagawa del pasado como el del presente.

Con las semanas era claro que no cambiaría su forma de hacer sus trabajos en la agencia o pasar el rato con los mismos creando recuerdos mas alegres que los que abundaron –y podría decir que aun un poco– en su mente esta de mas decir que incluso en su cuerpo.

Le sorprendía la facilidad que era en los últimos días de tratar con los malos, no lo entendía inclusive Kunikida se aburría de no tratar con un caso interesante. No pasaba de preguntas entre ellos pero no indagarian de mas ya que ese echo les proveía mas tiempo entre ellos y el albino mas que feliz con byakko.

Byakko cada día era un bebe de lo mas saludable e inteligente ironía de tener unos padres de lo mas idiotas, cada nuevo movimiento o aptitud del pequeño albino era una felicidad para Atsushi y discretamente para Akutagawa a pesar de que actualmente para el albino era mas fácil de leerlo y el discreto solo quedaba como una palabra.

Y por el otro lado en el bajo mundo de la mafia el azabache no a cambiado en lo absoluto con cada trabajo o interacción con los demás. Seguía siendo el famoso perro de la port mafia y no un simple chico que secretamente tenia una adoración por un albino bebe y en lo mas profundo al albino grande.

En caso de sus trabajos a pesar de no cambiar en lo mas mínimo al acabar con cada idiota que le manden a finalizar su vida, en lo que si cambio a vista del pelinaranja fue que este trataba de terminar lo mas rápido, tenia en claro el por que y este no era por querer llegar mas rápido a descansar a su casa, sino que este tenia nombre completo: Nakajima Atsushi.

En fin eso no le molestaba ni le incumbía, el azabache seguía siendo el mismo y así tenia que seguir. Aunque mas de una vez pudo ver unas extrañas y que decir de aterradoras aptitudes en Akutagawa como verlo hablar con Gin en hora de trabajo dándole unos materiales que el pudo distinguir que era de costura manual.

No sabia lo que estaba pasando entre esos dos pero no le prestaría importancia, solo seguir con sus días al lado de akutagawa y de su idiota suicida.

La vida estaba en un curso agradable para cada lado y eso les gustaba.
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-¡¡Byakko-chan!!~- grito fingiendo buscar al bebe -¿Donde estas?- pregunto cruzándose de brazos.

Byakko río tiernamente y gateo ignorándolo, tal vez no entendía lo que atsushi decía pero su pequeña mente le decía que quería jugar un poco con el y de paso curiosear por esas paredes que lo tenían dentro junto con su padre.

Atsushi sonrió al ver como el pequeño reía y se iba a un lado contrario de donde estaba -Hmmm me preguntó donde estará ese pequeño- hablo gateando igual que el pequeño para estar mas cerca -Estará por aquí- vio a los lados.

El albino sabia que byakko estaba en silencio y el que se quedara quieto cuando se acercó era para hacerle pensar que no estaba ahí, su pequeño era astuto para su edad y junto a akutagawa ya le habían escuchado a balbucear e incluso decir unas frases para nada entendibles pero que ya les alegraba el día.

Le pico con el dedo la pansita ansioso del próximo movimiento de su bebe, desde que este comenzó a iniciar por si mismo a gatear por el departamento a atsushi le encantaba observarlo o jugar con el. al principio byakko le ignoraba olímpicamente pero a estas alturas ya podía jugar no al pie de la palabra pero el albino se divertía y el pequeño también y eso bastaba.

¡¡Un Bebe de Akutagawa!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora