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Retrocedió. Tony había retrocedido y él creyendo que el genio estaba tras él. 

Había sido un idiota, Bucky le había dicho eso tantas veces, era hora que lo creyera.

-Sr. Rogers-dijo Pepper a espaldas de él-¿Ocurre algo?-dijo comprendiendo que algo había pasado.

-Sí, presenté mi renuncia al señor Stark, por cuestiones personales no puedo continuar-dijo suave y sin mirarla.

-Steve-susurró la mujer con voz maternal-dale tiempo a Tony, ya se calmará y hablará contigo.

-¿Cómo sabe?-dijo alzando la mirada y notando la sonrisa de la mujer.

-Tengo acceso a todas las cámaras, sé lo que ocurre en la Torre Stark las 24 horas del día.

-Debí saberlo-dijo sonrojándose.

-Quédese y dele tiempo a Tony, él de verdad querrá hablar con usted y resolver las cosas. Aunque a veces se porta como un niño.

-¿A veces?-dijo con una sonrisa divertido.

-Siempre-respondió ella resignada.

Todo quedó en silencio y el hombre tomó sus pertenencias, volviendo a asumir su cargo.

-Creo que iré a ver dónde está Tony, no vaya a ser que me necesite-dijo desapareciendo por el pasillo donde había visto marcharse al castaño. 

Caminaba rápido y en cuanto estuvo delante de la puerta de la habitación del genio fue que lo escuchó.

Steve

Un gemido, estaba seguro que eso escuchó y pegó su oreja más a la puerta

Steve

Sí, lo había escuchado, y por esa única vez decidió invadir la privacidad de Tony. 

Al abrir la puerta, lo hizo con sigilo, se encontró con la habitación en penumbras. Solo logró distinguir la silueta del millonario en medio de la cama, mientras las sábanas caían por su piel.

Un nuevo gemido llegó a sus oídos y otra mención de su nombre ¿era bueno intervenir? Sentía que era mala idea estar ahí, sin embargo, se movió en dirección a la cama y se puso en el borde, se sentó y estiró una de sus manos para tocar el rostro del castaño.

-Tony-el hombre se sobresaltó, pero no por eso dejó de masturbarse.

-Steve-susurró con los ojos vidriosos y el Capitán supo que esa sería su única oportunidad.

Se acercó y lo besó mientras metía sus manos bajo la ropa del genio, ambos se fundieron en los gemidos deseando que eso fuese real y no parte de sus sueños.

TentacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora