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La última vez que te escribí era septiembre del 2017, ya estamos en noviembre de 2019.

Hace casi un año te divorciaste, tengo que confesar que jamas creí que llegara a hacerlo. Me dejaste sin palabras.

No cambio mucho la rutina después de que te fuiste, solo se sentía mas vacío; antes sabíamos que estabas ahí encerrada en tu habitación, como escondiendo tu presencia de nosotras. Jamás me había dolido tanto tu abandono hasta que vi a Andrea quebrarse en llanto por impulso del alcohol, ella tampoco sabía que estaba tan triste. 

Usualmente tomamos la situación con humor, para no permitirnos sentirnos miserables, con decirte que hasta pusimos la foto de su boda en la ofrenda, muy cómico, ¿No crees?

Cada una de nosotras lo enfrenta de manera diferente. Andrea se siente miserable y lo oculta muy bien, ella te extraña, mas bien, a aquella mujer que alguna vez le dio amor maternal y se pone triste al recordar que su madre la abandonó. Montse, explota por ratitos y se desquita con todo mundo, hasta con el pobre de nuestro padre que no sabe que hacer con ella; quizá sea su manera de no perder la cabeza. En cambio yo no tengo la menor idea de como me siento; aveces no me pesa tu odio hacia nosotras y otras veces me pregunto: ¿Si piensas de esa manera como pudiste seguir con nosotras llenando nuestras cabezas con ideas erróneas de nuestra propia familia?, ¿Cómo pudiste mentirnos diciendo que nos querías? 

Claro que me dolió que mis padres se fueran a divorciar, después de casi un año de que no se hablaban y aun así dormían en la misma cama, creo que una parte de mi esperaba que se pudiera solucionar todo aquello que afectaba su relación, sin embargo yo no sabía que eso ya estaba muerto y solo trataban de llevar las apariencias. Todo pasó muy rápido, de un día para otro ya no tendría padres y entonces todo estaría bien, por lo menos eso pensé.

¿Cómo te atreves a pedir cosas que no son tuyas, a estar consiente de que todo lo que fueras a desatar después no solo iban a terminar de romper la poca familia que me quedaba, si no también la tuya? Tratamos de proteger aquello que aun no es contaminado con tus manos sedientas de avaricia que en el intento salimos heridos, casi muertos. Aquello que sabes que no es nuestro, es de aquellos que fueron las mejores personas  que pudimos conocer en nuestra corta y miserable vida. 

Des afortunadamente no puedo intentar estar bien contigo, mas que enojo siento tristeza, una tan grande que aveces llega a convertirse en enojo, en rabia. Me es imposible creer que no tengas corazón y cabeza para darte cuenta que en esta guerra el campo de batalla sean tus hijas, desgraciadamente jamás logramos conocerte y darte el amor suficiente para que nos dejaras fuera de esto, con tal de lograr tu cometido estás dispuesta a sacrificar a todo inocente.

Solo quiero darte las gracias por enseñarme que solo por ser familia no tengo la obligación de querer a nadie, por enseñarme a vivir sin ti y no necesitarte aunque estuviera echa pedazos, a diferenciar las mentiras y mirar las verdaderas intenciones de aquellos que solo son avariciosos, por obligarme a valerme por mi misma porque jamás me levantarías si yo estuviera en el suelo y sobre todo gracias porque con todo esto aprendí a valorar a mi familia y a mis amigos que jamás me dejaron sola hasta cuando quise rendirme. Gracias y adiós, espero que algún día encuentres algo o alguien que pueda darte todo aquello que jamás encontraste aquí.

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⏰ Última actualización: Nov 04, 2019 ⏰

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Cartas a mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora