Tierra 2257

Caminando entre los tejados.

Corre el año 2257 del calendario humano y se están llevando a cabo los preparativos para una cumbre en donde los gobiernos de cada planeta se reúnen para compartir ideas, proyectos y otras medidas importantes sobre diversos cambios que están sucediendo en el sistema solar, desde avances tecnológicos hasta revueltas en algunos de los diferentes territorios terraformados en donde hoy vive la población humana.

Mientras tanto en la ciudad capital de Maoto, territorio perteneciente a las colonias de japón, país que ha vuelto a ser un imperio pero ahora debido a la colonización espacial en el planeta Marte. La vida se desenvuelve de manera normal por las calles del centro histórico de la ciudad, de pronto un estruendo rompe con el ruido de fondo de la urbe, se trata de un vehículo de transporte de mercancías descontrolado que va destrozando a su paso las defensas laterales y los sistemas de levitación de vehículos en la calle del bulevar principal, amenazando con atropellar a la gente que se encuentra en los cruces del camino con las áreas de peatonales. Los gritos no se hacen esperar, la gente corre y se aparta de la calzada, instantes después aparece una patrulla de la policía de la ciudad la cual se acerca a toda velocidad al transporte descontrolado, de pronto del asiento del pasajero sale un agente que se sube al techo del vehículo y en un movimiento arriesgado, ayudado de sus botas impulsoras salta a la parte trasera sobre la plataforma de carga. Al aterrizar audazmente sobre este, se dirige por el techo hacia la cabina, donde para su sorpresa no está el operador obligatorio en este tipo de vehículos de carga y además el sistema de seguridad automático ha sido desactivado, sin dejar tiempo a la duda presiona con fuerza el freno de emergencia y en pocos metros este se detiene, desactivandose e impactando con fuerza sobre la superficie guía del trazado de la calle.

Pasados unos instantes llega su compañero y el agente emerge tembloroso de la cabina, la emoción del momento ha pasado y los nervios salen a flote. 

- No vuelvo a hacer algo como eso, ya no soy tan joven como antes, los setenta años están empezando a hacer efecto en mis huesos.

 - Vale socio, yo también pasé por eso y aquí estoy cuarenta años después, ya son ochenta primaveras y aún tengo energía para unos diez años más de servicio. 

- Es fácil decirlo cuando no fuiste tu el que saltó de la patrulla en movimiento. Ja, ja, ja!

- Da gracias que ahora tenemos el suero de mejoras y los nuevos equipos de impulso, de lo contrario ya no estaríamos en la fuerza. La generación de mis instructores hubiese estado encantada de contar con algo parecido.

Al fondo de la calle se ve la figura de un hombre de mirada sospechosa que hace un gesto de frustración con su mano al tiempo que se aleja del lugar. Mientras que desde el tejado de un edificio antiguo al otro lado del bulevar un joven de aspecto espigado y apariencia deportiva se detiene rápidamente y sin mostrar ningún signo de cansancio al ver que el camión de mercancías ha dejado de moverse, ha sido una persecución de varias calles. Acto seguido este observa todo el panorama de la escena repitiendo en voz baja: no me gusta para nada lo que está pasando en esta ciudad, ya son varios intentos de alarmar a la gente y hacer desastre. Esto debe ser obra de ese grupo, esos asquerosos terroristas del cinturón de asteroides; parece que han empezado a expandirse por el sistema, espero equivocarme. Por ahora debo reportarme con el abuelo en la mansión, los cien años lo han hecho un poco mas cascarrabias de lo usual.

¿Por qué se descontroló la máquina, que busca este grupo, quién es este chico? Probablemente solo sea una casualidad pero en un mundo dónde la tecnología está siempre presente estas cosas no son muy comunes. Es hora de prepararse para eventos que podrían alterar un poco la historia.