Es preciosa

26 0 0
                                    

   Era preciosa. Increíblemente preciosa, y no entendía como no lograba verse a sí misma.
   Rompía con los esquemas y hacía vibrar el piso a cada paso que daba, como si fuese una gigante con no más de metro sesenta. Era un ángel de perfecta sonrisa y solamente sonreía con el alma. Parecía que nadie le había roto el corazón, pero era obvio que si, sino se vería a sí misma.
   No había persona que no la mirase al caminar, y ella no se daba cuenta del impacto que ocasionaba en la gente, era increíble su inocencia.
   Vestido, pantalón y remera, incluso una pollera, todo lo que se ponía le quedaba bien, ¿ya ven ustedes? Ella le daba vida a la ropa, y aún así, no se veía a sí misma.
   Reía, cantaba, me miraba y luego me besaba, moría de ternura y a la vez de agradecimiento porque ella, de entre todos, me miraba a mi.
   Era preciosa, y todos los sinónimos de belleza le quedaban cortos. Tal vez porque era inquieta, divertida, alegre, y a la vez, era el reflejo de una persona que necesitaba ser sanada.
   No comprendo, no logro entender cómo fueron capaz de romper este diamante tantas veces, sin piedad, sin consuelo. Y tampoco comprendo cómo es tan valiente para animarse a querer nuevamente.
   Entonces entiendo que ella me dió la oportunidad de quererla, me advirtió el camino por el que recorría en cada charla, pero decidí adentrarme más. No, ya no quiero salir y mucho menos dar marcha atrás, porque como ya les dije, ella me hizo quererla, mi alma admirarla, y el corazón amarla.
   La conocí volando, feliz e insegura a la vez, y hoy entre mis brazos tengo a una niña que rompe en llanto si de una pesadilla se trata.
   Me contó sus miedos, sus peores pesadillas mirándome a los ojos con lágrimas que amenazaban con salir de allí. Me contó su pasado y ahí lo entendí aún más; ella no se veía a sí misma: veía un reflejo de errores de los cuales se culpaba.
   Hoy, que tengo la oportunidad de ser yo a quien sus ojos miran, tengo como meta que ella se vea a sí misma, porque es tan hermosa, tan sencilla, tan humilde, que estoy seguro de que si se mira como yo la veo, no va a querer mirarme más.
   La rompieron, la dejaron sin nada porque ella había dado todo. Yo quiero sanarla, amarla y verla volar, brillar. Quiero darle todo, y si me rompo en el proceso, sé que ella va hacer todo lo que esté en su poder para curarme, porque así es ella, preciosa.

---------------
Texto de Abril Saldaño.

Escritos VariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora