El silencio del Rey (tsukikage)

Capitulo 5: Kei es especial.

Tsukishima permanecía fuera de la habitación de aquel hospital, como todos los días desde hace tres semanas, Tobio visitaba a su madre durante una hora y luego salían del hospital en total silencio hasta la casa del rubio, Tobio no decía nada solo miraba con tristeza el suelo hasta que Kei lograra captar su atención de alguna manera.Las enfermeras ya los conocían, hablaban de lo desafortunado que era el azabache pues su madre parecía no querer comer, ni hablar; Kei tenía que soportar las platicas de las enfermeras donde lamentaban que las visitas del azabache fueran tan infructuosas pues su madre nunca contestaba a nada que el dijera y mas de una vez intento salir corriendo de la habitación. Las visitas al hospital eran silenciosas y duraderas, en todo ese tiempo Tsukishima nunca entro con el menor y este nunca se quejo, ese día parecía ser igual a todos los demás hasta que Tobio salio de la habitación a los quince minutos de haber entrado y le indico que entrara con él, al entrar lo primera que vio fue a la madre del azabache recostada con varias vendas en sus brazos, sus cabellos azabache y largos caían desalineados por sus hombros y su mirada no estaba enfocada a ningún lugar. 

- Mamá el es Kei - la voz de Kageyama lo hizo estremecer - Él me ayudo hace unos meses y ahora lo hace de nuevo - continuo mientras tomaba la mano de su madre - Tsukki es muy bueno, él es muy atento conmigo y no pregunta más de la cuenta aunque quiera hacerlo - los ojos del azabache miraron directamente al rubio - Es la primer persona que nos ayuda, Que me ayuda en mucho tiempo. Todos los días me trae aquí para poder verte y espera afuera porque es todo un caballero. 

- No es la gran cosa y supuse que querías privacidad- hablo Tsukishima colocándose a un lado del azabache. 

- Si lo quería - afirmo el azabache - pero ahora quiero que ella te conozca, sin ti ella no estaría aquí - la voz del azabache sonó entrecortada. 

- Por suerte ella esta aquí - contesto el rubio - me alegra que ahora quieras compañía, mi madre estaba preocupada por que no has querido hablar con nadie y pasas todo el día en mi habitación incluso cuando yo estoy en la escuela - comento el mayor. 

- Lamento preocupar a la señora Tsukishima no es mi intención - hablo el azabache mirando al suelo - No se como contestar a sus preguntas. 

- No es necesario que trates de contestar, no te obligaran a hablar - Kei coloco su mano sobre la cabellera azabache y dejo pequeñas caricias antes de quitarla. 

- Kei...Gracias. 

Tsukishima miro directamente a los ojos azules del azabache, esos ojos llenos de dolor una débil felicidad y con aquel brillo difícil de describir. Tsukishima tomo lugar a un lado de Tobio sin dejar de mirarlo de la misma manera busco su mano y una vez la encontró la sujeto con fuerza. No lo soltaría nunca más. 

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Para Kageyama nunca fue un problema evadir platicas, lo hizo incontables veces con las trabajadoras sociales o con su padre cuando llegaba ebrio, nunca fue un problema hasta que hablo con Tsukishima por primera vez de forma directa. Kei solo necesito una mirada para bajar todas sus defensas, para hacerlo sentir seguro, solo necesito acciones tan simples como preguntar por su día para que el dejara salir todos los males que lo atormentaban. Kei lo vio llorar por primera vez en mucho tiempo y no se burlo, no lo llamo débil y sobre todo lo ayudo a levantarse.