Capítulo 9: Una Mala noticia.

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La abogada hablaba con destreza explicando lo que sucedía, recitaba todo con una calma asfixiante para el rubio todo lo que decía desde lo mas simple hasta lo mas complejo lo dejaba sin aliento y con un sentimiento de frustración y rabia que solo contenía por respeto a la abogada. A su lada la señora Tsukishima demandaba saber absolutamente todo y con los pequeños detalles incluidos, todos estaban nerviosos por la que parecía ser una gran ola amenazando con llevarlos a la deriva, sobre todos a los Kageyama que contrarío a lo creído permanecían quietos y tomados de las manos, sin decir nada. Totalmente mudos. 

Tsukishima estaba listo para llevarse lejos al azabache en caso de que le diera una crisis nerviosa o en su defecto él fuera el que la sufriera, se sentía inútil entre todos los presentes; no tenia las palabras correctas para decir a Tobio, no sabía como consolarlo cuando parecía tan alejado de aquella sala, ¿Cómo hablar con decepción en cada palabra? ¡Imposible!. No se atrevería ni a tocar al azabache cuando el mismo ardía de rabia, frustración y muchas cosas mas.


- El juicio se llevara acabo el próximo fin de semana- termino la alta mujer de mirada seria. 

-¡Es indignante que tengan que ir a juicio! ¿Qué no fue suficiente con las pruebas de abuso? - la voz de la madre de Kei se abrió paso en el denso silencio. 

- Tranquila mujer - Calmo el dueño del hogar con enojo mal contenido. 

- El juicio....¿Estará presente mi padre?- la voz de Kageyama sonó tan seria que Kei le compara a la suya. 

- Si, es una contra demanda. Acusa a tu madre de violencia y aseguro que tu madre fue con él por propia voluntad - la abogada soltó un suspiro - Asegura que tu madre sufre de trastornos psicológicos y que la hacen inestable.   

- ¿Es posible que él quede libre? - pregunto reflejando cierta incertidumbre en sus ojos. 

- No lo creo posible, pero es cuestión del juez que su condena se reduzca o por el contrario incremente. Los casos de violencia domestica no son justos la mayoría de las veces si embargo tu padre cuenta con la demanda de violación, abuso psicológico y secuestro. Es una amenaza para la sociedad y eso lo podemos usar en su contra - Los Tsukishima miraron con pesar al menor que solo se limito a caminar hasta Kei para ser envuelto en un abrazo. 

- Bueno no sirve de nada asustarnos o ponerse negativo. No dejaremos que ese asqueroso quede suelto - La voz de Akiteru los hizo relajar un poco. 


La platica con la abogada continuo sin las mujeres y Kageyama quien insistió en ir con su madre. Tsukishima se quedo durante casi tres horas escuchando como procederían con el caso, las pruebas que se darían durante el juicio y escucho con cuidado las probabilidades de perder; su padre e mantenía serio en todo momento y Akiteru era el único que dejaba ver su inconformidad en sus expresiones. 

Todo era sumamente asfixiante y por eso Kei se tomo media hora para tranquilizarse antes de ir a la habitación donde sabía se tendría que enfrentar a los oceánicos ojos del azabache que muy probablemente serían una tormenta feroz , y que si no se concentraba, lo llevaría a la abismal tristeza que sentía su dueño. No se dejaría arrastrar en lugar de eso pensaba sacarlo de tan abrumadora penumbra.   

Al entrar en su habitación miro con dolor como el azabache permanecía acostado en la cama, sin llorar o al menos sin dar prueba de ello. 


- La abogada, ¿Menciono algo más? - Kei solo se limito a tomar lugar en la cama. 

- Tendrás que hablar frente al juez - contesto serio mientras se recostaba a un lado del azabache - Tu madre también tendrá que hablar, llevaran más testigos como el medico que atendió a tu madre y al comandante de la comisaria - Kageyama aun permanecía dándole la espalda - Otras personas también hablaran y muy posiblemente mencionen los traumas de tu madre. 

- Kei...¿Y si lo dejan libre?¿Qué se supone que sucederá si eso pasa? - El rubio acerco el cuerpo del menor al suyo para tenerlo abrazado. 

- No dejaremos que eso pase - contesto mirando, finalmente, el rostro de Tobio - Ese hombre tendrá lo que merece y no habrá nadie que se pueda interponer entre él y la cárcel.  

- ¿Estarás ahí? No creo que pueda hacer esto sin tu ayuda. Estoy aterrado y sin me dejas solo ahora siento que me perderé de verdad, esta vez será la definitiva y eso me aterra.

- Estaré a tu lado en todo el proceso y después de el, no iré a ningún otro lugar, pero ese día tienes que ser mucho más fuerte de lo que has sido hasta ahora, debes estar listo para cualquier cosa que pase y puedo prometer que pase lo que pase yo me mantendré a tu lado en cada momento - Su voz fue cada vez mas suave igualando a los silenciosos sollozos de su azabache. 



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Los días siguientes fueron aparentemente normales sin embargo en la casa aun se mantenía el ambiente denso, tanto era el pesar de los que ahí vivían que incluso Yamaguchi y Hinata habían notado el descenso en el animo de todos. 

En el colegio los maestros le dieron el espacio que el azabache parecía necesitar, al igual del entrenador Ukai que permitió la ausencia de Kei en los entrenamientos pues entendía que en esos momentos el rubio estaba más centrado en Kageyama que en cualquier otra cosa. 

De esa manera los días pasaban uno tras otro de manera lenta, tortuosa. Cada noche Kageyama salia de la habitación que compartía con Kei para ir hasta el cuarto de su madre y pasar la noche a los pies de la cama, claro no duraba mucho dormido antes de ser cargado por Kei quien lo llevaba de regreso a la habitación para intentar que descansara un poco, si bien se quedaba dormido, cada día al despertar se sentía aun más cansado que la noche  anterior. 

Algo que no podía evitar pensar el rubio todos los días al despertar era como haría para enfrentar una mala noticia, si por algún motivo aquel hombre quedará libre; se sentía incapaz de consolar al menor, no tendría el coraje para enfrentar la mirada dolida del menor y mucho menos para apaciguar sus sollozos. Si algo saliera mal ¿Tendría siquiera la fuerza para hablar? Por supuesto que no. 

Con los días pasando de manera tan lenta el tiempo antes del juicio se sentía como una cuenta regresiva, como si el día que finalmente llegaran a cero sería igual a su ejecución y si Kei se sentía de esa manera no quería ni pensar como estaba el azabache y era por ese pensamiento que cada vez que tenía la oportunidad lo abrazaba y le susurraba lo mucho que lo apreciaba, cuanto lo necesitaba, le susurraba una y otra vez cuanto lo amaba, tal ves no usara la palabra "amar" como tal, pero por como Tobio relajaba su cuerpo y se aferraba a su pecho, era consiente que el menor lo entendía y eso era suficiente para ambos.  

Y de esa manera llego el fin de semana con su colorido amanecer que para Kei era una burla directa hacía su perturbada tranquilidad. 






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Hola, lamento la tardanza pero de verdad a penas tengo tiempo para escribir. 

Espero que este capítulo les haya gustado o al menos este bien escrito, perdonen si hay faltas de ortografía o gramaticales pero de verdad que lo hice lo mejor que pude y como ya saben el final se acerca y les agradezco que aun sigan aquí. 


12/06/2020.


El silencio del Rey  (tsukikage)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora