𝕻é𝖙𝖆𝖑𝖔 𝟦

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Me levanté del concreto y limpié mi atuendo, la persona frente a mi no se inmutó a decir nada.

-Al menos un "perdón" se puede decir, ¿No crees?- tomo las cosas que tire,  esperando ayuda de la persona contraria, cosa que no pasó.

-Para maleducados se pintan.- prosigo con mi caminar, pero su voz interrumpe mi caminar.

-La próxima no andes por ahí sin ver adelante.- su voz era un boom para mis tímpanos, tan ronca como ninguna.

-Ajá, gracias por el consejo.- me doy vuelta y lo observo, un chico alto, cabello negro azabache, espalda ancha y algo moreno...

-Despierta niña.- el doctor me habla irritado.

-Estaba por llegar pero el se atravesó.- me giro a la dirección en la que se fue, ya no estaba. El semblante del minion no dejaba dar explicaciones así que opté por dejar el tema y proseguir.

-Inicia a sacar bien sus datos y así continuar la revisión.-

-Bien... viejo irritante...- dije entre dientes.

-De esa forma le dirán si no cambia de actitud señorita.- me observa con una sonrisa fingida y se gira.

~ 7 p.m.~

Dulce tráfico largate de la ciudad...

Cada que salgo del hospital es un martirio, no hay duda que es algo que me molesta de la ciudad, no puedo dar ni un sorbo a mi café porque ya se me meten veinte vehículos y me escapan de chocar.

- Imbécil, fíjese por donde va.- grito por mi ventana.

Suena el teléfono.

Número Desconocido.

Una gota de sudor cae por mi espina vertebral dándole vida al escalofrío más amargo que se puede dar.

- Llevenlo con el médico de turno, llego en 10 minutos.- mi voz se apaga por poco, un nudo en mi garganta es lo que me obsequia mi cuerpo.

Rosalinda, no te alteres más por favor.- mi subconsciente repite y repite pero mis nervios no me dejan escuchar esa pequeña voz en mi cabeza.

Tomo el timón doy un giro en U haciendo rechinar las llantas.

No me dejes sola... Por favor ...

Sin Querer QueriendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora