Parte 2.

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-¿Qué son todos estos cables? ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando? ¿Qué coño está pasando? ¡Que alguien me saque de aquí, joder! ¡Desatadme, cabrones!

-Aria, Aria, cariño, tranquilizate, mamá está aquí, ya está, shh... Tranquila mi amor.

Mientras canturreaba una canción y le tocaba el castaño cabello a su hija, Celine tocó el botón de alarma que se encontraba en la pared izquierda de la habitación 582, en la planta de Psiquiatría.

-Mamá, ¿qué es todo esto? Dime, ¿qué está pasando?-dijo, mientras lloriqueaba, presa del pánico.

Seguidamente, se oyó el crujir de la puerta azul que comunicaba la amplia habitación del angosto y triste pasillo. Una enfermera de cabello rubio por las caderas, liso con pequeños tirabuzones y mechas oscuras-que, en mi opinión, le quedaban estupendas-se aventuró a asomar su cabeza por la puerta de entrada.

-¿Desea algo, señora?-pronunció, con una voz sobre la cuál se podía masticar la dulzura.

-No, no, solamente es para avisar de que Aria ha despertado y al principio se ha puesto muy nerviosa y, pf, bueno, tenía miedo de que pudiera dañar sus muñecas o tobillos con las ataduras.

Acto seguido invitó majestuosamente a Celine a salir de la habitación.

-Su médica asignada que en este caso es... Ew, espere... Mmm, sí... Doctora Gut... No.-revisaba sus papeles en busca de la ficha de Aria-Aquí está. La Doctora Novoa es su Psiquiatra asignada.

-¿¡PSIQUIATRA!?-griró muy alterada, aunque pronto recuperó la calma. Respiró fuerte tres veces y dijo, ya más tranquila-No estoy loca, enfermera, yo no estoy loca, ni siquiera sé lo que hago aquí, atada a la cama, no sé qué pinto aquí. De verdad, lo suplico, sáquenme de aquí. Por favor...

-Tranquila, Aria, si te dejas todo saldrá bien. Confía en mí.

Enseguida, la enfermera besó su frente. Su madre salió de la habitación, tal como pidieron. Pronto llegó la Doctora Novoa y la enfermera se acercó a la puerta.

-No, por favor. Por favor que se quede ella.

-¿Quién?

-Ella, que no se vaya, la enfermera, que se quede. ¿Es posible?

-Ew, bueno... ¿Jenni?

-Oh, sí, por supuesto.-asintió aún sorprendida. Tomó una silla y la puso al lado de la camilla donde yacía Aria.

Caerás, caeremos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora