La alarma de mi teléfono sonó y en cuanto me desperté, una ola de pensamientos me inundó. Fue como una mezcla de emociones, sentí frustración, enojo, alegría, y el dolor de cabeza que acompañaba a todos esos pensamientos me obligó a regresar a la cama.
Vi algunas imágenes, personas llorando, sonriendo, me llegaron recuerdos de lugares, cosas y personas que yo ni siquiera conocía. Me hundí en un mundo paralelo, transcurrieron algunos minutos que para mí fueron eternos, hasta que en un momento, la parte racional de mi cerebro me recordó que todo eso no me pertenecía.
Con mucho trabajo eliminé cada pensamiento, uno a uno, quité todo lo que no era mío, y sólo entonces pude ponerme de pie. Tardé algunos segundos en estabilizarme y cuando por fin lo logré, me dirigí a la cocina para comer algo, ya que aunque no quisiera, tener que soportar eso me provocaba estragos físicos y debía amortiguarlos de alguna forma.
Me apresuré para acomodar todas mis cosas, terminé de arreglarme y salí de mi casa con el tiempo justo para tomar el autobús, pero en el camino me topé con algunas personas, y sus mentes atacaron de nuevo, sentí que mi cabeza explotaba, traté de controlarlo, pero sus emociones eran tan fuertes que estuve a punto de caerme.
Encapsulé sus sentimientos y poco a poco los fui expulsando de mi mente, fue muy doloroso y hasta cierto punto difícil, me tomó algunos segundos, y cuando por fin lo logré, tuve la sensación de que algo se rompía dentro de mí. Sin embargo juntando toda mi fuerza de voluntad llegué hasta la parada del autobús. Y entonces como si no fuera poco, comenzó a llover.
Las gotas de lluvia resbalaban por mi cabello, mientras el frío terminaba de desarmarme, el día aún no comenzaba, por lo que estaba oscuro y la única luz que tenía cerca provenía de una lámpara, que sinceramente, no marcaba ninguna diferencia. Le di un trago a mi café, y cuando destapé el termo, se formó una letra con la espuma.
La miré fijamente hasta que mis ojos me dieron una forma precisa, era la letra “M”, me pareció curioso, pero en ese momento me preocupaba más morir congelada, así que no le di tanta importancia. La temperatura de mi cuerpo descendía cada vez más, tenía la chamarra empapada y el cabello también.Seguí esperando...
Protegí mis cosas con la parte más “seca” de mi chamarra, y a los pocos minutos vislumbré las luces del autobús, me inundó un sentimiento de felicidad enorme, pero a la vez sentí miedo, ya que en cuanto estuviera con otras personas, sus pensamientos me atacarían, y tomando en cuenta que hoy no lo podía controlar del todo, representaría un grave problema. A pesar de todo, hizo parada justo frente a mí.
Abordé con mucho trabajo, ya que debido al frío, mi cuerpo parecía estar hecho de metal. Le pagué al conductor y observé la primera planta, estaba llena, así que opté por subir a la segunda. Ahí sólo había unas cuantas personas esparcidas por todos los asientos, al fondo una chica de cabello castaño se estaba acomodando, por lo que aún se encontraba de pie en el pasillo.
Comencé a caminar, era demasiado difícil para mí, pero mi plan era sentarme hasta el fondo, así pasaría desapercibida y me protegería. Me encontraba al final del pasillo cuando el autobús se frenó de golpe, se me fue el control de mis pasos y me caí...Encima de la chica...
Escuché algunas risas propias de los demás pasajeros, mis mejillas se sonrojaron y cuando me decidí a ponerme de pie, me topé con su mirada ¡Dios!, Me perdí en sus ojos, eran simplemente hermosos, de un café muy claro, brillantes, reflejaban vida, alegría, me quedé así observándola.
Mi mente se preparó para recibir sus pensamientos, pero no fue así, no salieron disparados como bala, más bien, fueron fluyendo poco a poco, eran apenas perceptibles. En ningún segundo dejé de mirarla, ni ella a mí... Todo era como un sueño, hasta que habló.
- Este, no quiero parecer aguafiestas, pero creo que estamos en el suelo, y no es muy cómodo- su voz era demasiado fría, una mezcla de miedo e inseguridad, así que ni siquiera dejé que terminara de hablar, me levanté como resorte, y antes de que dijera otra cosa, me senté en el último asiento.
El hecho de estar tan cerca de alguien me hacía sentir incómoda, era como algo extraño, no soportaba el contacto físico, había algo en mi pasado que me causaba ese sentimiento, una herida que aún no sanaba y que tardaría mucho tiempo en sanar.
Me puse los audífonos y subí todo el volumen, un sentimiento de frustración comenzó a crecer en mí, solo que esta vez sí que era mío. Quería llorar, gritar, no supe porqué, pero en cuanto miré los ojos de esa chica algo cambió, mi mente no podía sacarlos de mis pensamientos. Puse mi playlist de LP y entonces pude calmarme, me recargué en la ventana y el paisaje que se extendía ante mis ojos me impresionó tanto que por un momento me sentí feliz.
Las montañas lucían espléndidas, coloreadas de tonos verdes que se intensificaban gracias a la lluvia, el sol amenazaba con salir tiñendo el cielo de un color púrpura increíble que rompía con el azul profundo de la noche. Un nuevo día luchaba por salir, dando un clima gélido pero tan majestuoso que por un instante, creí estar en un cuento de hadas. Me perdí en esa hermosa explosión de fenómenos y en la maravillosa voz de LP cantando “Strange”.
Cerré los ojos e imaginé cómo sería tener una vida normal, sin necesidad de encapsular emociones, o de recibir pensamientos y recuerdos ajenos, me imaginé siendo normal, teniendo sólo mis propios pensamientos, sin ninguna alteración, solo siendo yo.
Una sonrisa escapó de mis labios, acompañada de una lágrima, ya que sabía que jamás viviría así, jamás llegaría el día de disfrutar por mí misma, siempre tendría esto, sería esclava de las demás personas, tendría que acoplarme a ellos, sentir lo que los demás quisieran, pensar lo que a los demás se les ocurriera, y lo peor, ellos no lo sabrían. Una serie de lágrimas recorrieron mis mejillas, anhelaba tener un poco de libertad.
Pensé en todo y en nada a la vez, hasta que percibí que alguien se sentó a mi lado, abrí los ojos y todos esos pensamientos se esfumaron al encontrar los ojos marrones de la chica...
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Más allá de tus ojos
Teen Fiction"Amor", era una palabra simple que no significa mucho para Mia, una chica reservada y tímida que vive en una burbuja. Su vida consiste en estudiar idiomas, viajar, sobrellevar la relación con su familia, y tratar de esconder su mayor secreto.No sabe...