Nueve - Mia

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El resto del día se me fue pensando en lo sucedido con Meredid, una parte de mi estaba furiosa por no haberle dicho lo que me sucedía, mientras que la otra ( y la más racional, al parecer) estaba de acuerdo conmigo.

Terminó la jornada en el instituto y   yo me encontraba en la parada de autobús. Quería irme a casa y no saber nada más. Pero entonces, como si el universo estuviera conspirando en mi contra, llegó Valia.
- ¡Mia! ¿Ya te vas?- habló de una manera tan animada que en ese momento me pareció irritante.
- Sí, creo que ya no tengo nada que hacer aquí.- traté de sonar convincente y le dediqué una sonrisa aunque supongo que no me salió tan bien como esperaba porque me  observó detenidamente no muy convencida.
Valia me conocía a la perfección y supongo que se dio cuenta de que no me encontraba tan bien. De hecho, su siguente pregunta lo confirmó.
- ¿Te pasó algo? ¿Te hicieron algo?
Negué con la cabeza- No, es solo que ... Bueno... Me han pasado cosas un poco extrañas.
- Mmmm... ¿Segura?
Odiaba mentirle, pero en este caso, no me sentía segura, al menos no  para confesar la verdad - Si, tu sabes, mi mamá con su trabajo y luego mi papá vendrá el domingo a visitarme, y no estoy lista para eso. 
Esperaba que me creyera, porque esa excusa es la quebsiemprenutilizo para situaciones como está y en serio moriría si no lo hace.
- Está bien, ¡Adivina qué!- La miré expectante, esperando a que continuara- Habrá una fiesta está noche en la casa de Elizabeth Cotillard. La hija de la directora de este instituto y el de artes que está cerca de la reserva, y por tanto todos los estudiantes de ambos institutos estamos invitados.
- Escucha, lo último que quiero es ir a una fiesta.
- Entiendo, pero no te estaba preguntando, irás conmigo.
- No, Val... No quiero ir, invita a David, o algo.
- Él no irá, tiene algunos asuntos que arreglar en su escuela, y bueno Luc si vendrá, y tú tienes que estar conmigo... ¡Por favor Mia! Es solo una fiesta.
Pensé en decirle que no, pero era Valia, mi mejor amiga, así que no pude negarme. - Está bien, iré contigo.
- ¡Genial! Te espero en mi casa a las seis para que nos arreglemos...
- No, mejor tu ven a la mía, y de ahí nos vamos.
- Perfecto, gracias Mia, eres la mejor... ¡Te quiero!
Le di un abrazo y luego subí al autobús, sin duda sería un día muy largo.

Más allá de tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora