4. Acercamiento

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El joven JungKook había pasado toda la mañana pensando, el cómo conquistaría a TaeHyung era un tema que le preocupaba, pues muchas vidas completas les separaban de aquel amor tan lejano que el hada contaba.

Habían pasado por procesos de muertes y reencarnación, pero si su llama de amor había revivido, la esperanza ahora no perdía, porque entonces pronto podría revivir la de TaeHyung.

El hada le había dado como consejos un buen atuendo y algo de coquetería, también le había hablado del maquillaje pero como joven esa idea ya no resultaría, siendo Cenicienta seguro todo hubiera sido diferente.

No es que ahora odiara su cuerpo, pero el haberse enamorado de alguien del mismo sexo, en una cultura bastante cerrada en cuanto a esa idea se refiere, y más encima éste ser su compañero de piso, trabajo y vida, no era una situación sencilla.

Por momentos se sentía como en aquel cuento de fábula tan conocida, de una sirena que se convierte en espuma de mar, por amar a un hombre que bajo los mares no podía nombrar, pues éste era ni más ni menos que un humano.

Era un amor prohibido, por sus cuerpos distantes y diferentes, los cuales eran los que les impedían el amor que la sirena quería concretar… un amor imposible, así era como JungKook se sentía, tan cerca y tan lejos de aquel a quien amaba, tan fácil de palpar pero tan difícil de agarrar.

Y si su llama de amor no renacía, renunciar a él debería.

Pero no estaba dispuesto a perder su oportunidad, hasta terminar aquella semana podía recuperar lo que él casi no recordaba haber tenido en su memoria, pero su corazón lo rememoraba claramente con sus sentimientos.

Todos habían ido al estudio a grabar, y mientras un descanso tenían, JK tomaba valor para poder ir hasta TaeHyung.

Le veía parado frente a la ventana, distraído y sonriéndole a las fans, su mirada de brillo y aquellos labios que atraían, le hacían temblar como el tonto enamorado que era.

Un flash vino a su memoria, su Rey cantándole una canción al oído… su exacta voz era igual a la de TaeHyung, y asombrado se preguntaba si una reencarnación podía ser tan idéntica a una vida anterior, ahora más le flaqueaba las piernas, quería desfallecer entre sus brazos mientras la alegría llenaba su alma y una sonrisa se contagiaba con la de aquel Rey del pasado.

Se acercó a paso lento, en sus manos un trozo de pastel de fresas iba protegido en un plato con dos cubiertos para compartir. Era el momento perfecto, pues estaban solos y el hada molestosa quien sabe dónde se había quedado.

El maknae por unos momentos se lo preguntó, pues el hada no tenía a donde ir, quizás ahora seguía en aquel pasillo donde él la había dejado la mañana al irse a la empresa.

Pero no era momento de pensar en ella… era momento de actuar. Se acercó a TaeHyung por detrás y luego a su costado apareció. Le coqueteó con una mirada tímida y su cabello sedoso escapó de su oreja y cayó a su rostro, cuando la mirada bajó y la sonrisa ensanchó.

Se había arreglado más de lo usual, se había puesto su mejor ropa y el perfume aquel que ni fuerte ni suave se dejaba oler entre su cuello.

– ¿Quieres, hyung? – Arrastró la pregunta por sus labios, tan suavemente como una pluma que cae desde el cielo desprendida de un ave.

TaeHyung sonrió y sus ojos miraron al plato, pasó la lengua por sus labios dejando en estos un brillo tentador.

– Sí. – Aceptó con la mirada más aniñada que él podía hacer.

Sus ojos le hipnotizaban pero Kook intentaba controlarse, las mejillas se le sonrojaron y algo tambaleante por el tiritar de sus piernas el menor se encaminó hasta el sillón más cercano. Los gritos de las fans se seguían escuchando.

Cinderella (VK) 📣FINALIZADO📣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora