Insufrible Amor ❝καιѕοο⁀➷ [EDITANDO]

#5. Noche de terror

KyungSoo y JongIn decidieron ir a la casa de sus amigos a pasar un buen rato. Unos cuantos piqueos y una botellas de soju estarían bien para disfrutar la noche del sábado.

—Entonces, ¿El Conjuro o It? —preguntó Baekhyun, sosteniendo un DVD en cada mano.

A JongIn y a ChanYeol no les sonaban agradables esos títulos. Estaban a punto de sugerir una comedia, cuando KyungSoo interrumpió.

—Veamos El Exorcista.

Ambos volvieron sus miradas en el acto hacia KyungSoo. Entornaron los ojos para hacerle saber que lo estaban juzgando muy fuerte. ¿Por qué tenía que ser así de cruel?

—Uhm, no lo alquilé. Solo tengo estas —respondió BaekHyun.

—P-Podríamos ver algo en Netflix, ¿no? —sugirió JongIn, frotando sus palmas sobre sus piernas para limpiar el sudor de ellas. Los nervios haciendo estragos en su cuerpo—. ¿Quién renta películas en estos tiempos? ¡Bah!

—Es noche vade retro, Kim —argumentó BaekHyun—. ¿Sí captas lo de retro?

JongIn le echó una mirada afilada e imitó sus palabras para sí mismo y de forma infantil.

—Como si ese fuera su significado... —masculló.

—Bueno, que sea El Conjuro, entonces —dijo finalmente KyungSoo—. Al menos esa película tiene buena trama.

Para los otros dos, eso no sonaba bien, pero sus parejas estaban muy entusiasmados por esta noche terror, así que tenían que fingir que no pasaba nada.

Aunque sí pasaba... y mucho.

BaekHyun terminó de colocar el video, mientras KyungSoo repartía las bebidas y los bocadilos.

—Apagaré las luces —dijo BaekHyun, yendo hacia el interruptor.

—¡No! —JongIn y ChanYeol gritaron al unísono.

—¿Cómo que no? —replicó KyungSoo—. Las películas de terror no pueden verse con la luz encendida, ¿qué les pasa?

—¿Y... Y si hay un terremoto? —JongIn se apresuró a decir.

BaekHyun puso los ojos en blanco.

—¡Oh, vamos! No seas miedoso.

—No es miedo, es precaución —refutó haciendo mohín.

—Oye, no pasa nada. Estamos juntos —le reconfortó su novio, haciéndole sonreír y convenciéndolo de apagar las luces.

La película comenzó sin problemas, las parejas estaban sentadas en un gran sillón, uno al lado del otro. En un momento, BaekHyun se puso a tiritar y ChanYeol se percató de ello.

—¿Qué pasa, cariño? —susurró ChanYeol tiernamente en su oído—. ¿Tienes frío?

—Sí, un poco.

Inmediatamente, se quitó la casaca y cubrió el cuerpo de su esposo con cuidado.

—¿Está bien así? —ChanYeol se aseguró de verificar si todo estaba en orden, recibiendo una respuesta positiva. Dejó un beso en su frente y estiró su brazo por encima del hombro ajeno para atraerlo hacia su pecho—. Ven aquí.

Lo acurrucó entre sus brazos y el chico se dejó estar. JongIn, que había sido testigo de todo lo que acababa de ocurrir, sintió la necesidad de hacer lo mismo con su novio.

—Cariño, ¿tienes frío?

—No, estoy bien —respondió KyungSoo, sin despegar la mirada del televisor.

La sonrisa en la cara de JongIn se borró. Intentó pensar en algo más.

—Yo tengo un poco de frío... —dijo, frotándose los brazos.

—Ponte tu chaqueta.

Otro fracaso más. ¿Por qué KyungSoo tenía que ser tan despistado?

A continuación, una escena terrorífica hizo que ChanYeol gritara y derramara un poco de palomitas al suelo.

—¿Estás bien? —preguntó su esposo—. ¿Quieres que detengamos la película?

—No, no, así está bien. Solo me sorprendí un poco.

BaekHyun lo abrazó fuerte para reconfortarlo. Y a JongIn también se le antojó ser mimado por su novio. Así que, cuando pasaron a otra escena, dejó escapar un sonoro grito que hizo saltar a todos.

—¡¿Qué demonios te pasa?! —le reprochó KyungSoo, molesto.

—Me asusté...

—¡Pero si solo era el protagonista abriendo una puerta!

—¡Pero podía salir algo horrible de ahí!

—¡Y no salió!

—¡¿Por qué me estás gritando?! —protestó colérico.

BaekHyun detuvo la cinta cuando las cosas se salieron de control.

—Ay, no... Ya se comenzaron a pelear... —masculló hacia su marido.

—¡No te estoy gritando! —argumentó KyungSoo.

JongIn se puso de pie y KyungSoo hizo lo mismo.

—¡Siempre estás gritándome! Dime, ¿por qué no podemos ser como ellos dos? —dijo, señalando a sus dos amigos que no querían ser parte de la pelea, pero ahí estaban de chismosos haciendo viajar su mirada de uno a otro como pelotas de ping pong—. Tú eres tan...

—¿Tan qué? —le retó.

—¡Tan frío conmigo!

—¿De qué demonios hablas? ¡Solo estamos viendo una maldita película, Kim JongIn! ¿Por qué haces un drama de la nada?

ChanYeol odiaba las peleas, y mucho más si se trataba de sus amigos. Por eso, se despegó de su novio para interrumpir.

—Chicos, yo creo que-

—Silencio —dijeron juntos, haciendo que se atragantara con sus palabras y que frunciera el ceño molesto.

Los novios en cuestión continuaron con su contienda.

—Estoy tan aburrido de lidiar con las fantasías dramáticas que escribes en tu cabeza —dijo KyungSoo.

JongIn, indignado, no se quedó atrás.

—¡Y yo estoy tan aburrido de no recibir ninguna muestra de cariño de tu parte!

—Oh, por Dios, ¡te regalé un maldito pingüi-oso por nuestro aniversario!

—¡Y luego lo echaste a la basura porque "no te diste cuenta de que estaba con toda la ropa vieja"! —dijo esto último como recordaba que lo había dicho su novio.

KyungSoo resopló. Sí bueno, se pasó ese día, tenía que admitirlo.

—¡Fue un accidente! ¡Qué rencoroso!

—No soy rencoroso, tú tienes problemas emocionales y yo estoy pagando las consecuencias.

—Ah, entonces, ¿soy tu buen acto de caridad? Nadie pidió que te metieras conmigo.

Un no tan silencioso uhh se oyó desde el sillón. De hecho, podían hasta jurar que los vecinos candeleros también estaban haciéndolo.

La expresión de JongIn decayó tan pronto como procesó las palabras de KyungSoo, y asientió un par de veces, decepcionado.

—Tienes razón. Yo tengo la culpa —dijo para retroceder un poco y tomar su chaqueta, antes de mirar hacia sus amigos—. Gracias por la invitación, chicos. Nos vemos el lunes.

Y salió de la casa dejándolos solos en un silencio incómodo. KyungSoo se volvió hacia los otros dos que se habían quedado callados por la tensión.

—Lo arruiné, ¿no es así? —La pregunta no buscaba confirmación, aun así, los chicos asintieron apesadumbrados—. Mierda.