3. Recuerdos

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La brisa fresca movía las ramas de los frondosos árboles suavemente, algunas cuantas hojas caían al suelo. Cerca de ahí tres personas se acercaban a paso tranquilo, queriendo disfrutar de la sensación armoniosa que había en ese lugar.

—Artie.

Zero se detuvo a mitad del camino y miró la pequeña figura a su lado. La niña alzó la mirada un poco asustada por lo que había pasado recientemente con el aterrador hombre de antes, al ver eso el peliplata suavizó su mirada y sonrió. Se agachó para estar a la altura de la niña y tomó sus pequeñas manos.

—No pasa nada, estoy contigo pequeña. Mi pregunta es, ¿por qué tenías esas bolsas con gemas y oro?

Los ojos azules de la pequeña se abrieron con sorpresa, ya que ni ella sabía por qué había hecho eso, ¿de qué le servirían esas cosas lindas y brillantes? Solo sabía que le gustaba el resplandor que emitían y que eran objetos con los cuales podía jugar, además de ser de diferentes colores.

—No lo sé.

Las pequeñas manos de la niña se formaron en puños y las apretó ligeramente a la vez que bajaba la mirada tratando de retener las lágrimas que amenazaban con salir. Había sido una niña mala y por eso había metido a su papá Zero en un problema con el hombre aterrador, no quería que su papá la odiara. Lo único que podía hacer en ese momento era disculparse.

—Lo siento, Zero no me odies.

Fue un pequeño susurro, pero aún así Zero lo llegó a escuchar y entendió que la niña rubia quería llorar con ganas gritando muchas veces "papá", pero al estar el caballero pelirrojo a lado de ellos, se contuvo. El único pensamiento que pasó por la mente del peliplata fue que era muy adorable el gesto de Artie. ¿Quién sería capaz de enojarse con ella u odiarla?

No pudo evitar pensar en Claude levantando la mano dando respuesta a esa pregunta. Ja. Maldito Emperador.

—Eso no pasará

Artie no pudo evitar abrazar a Zero con fuerza. Su papi Zero era muy bueno con ella, esperaba que en un futuro el hombre aterrador el cual también era su papá, o al menos eso le había dicho Lily, la quisiera. No sabía por qué, pero tenía recuerdos de cuando era una bebé y Lily le mostraba una imagen en la que se encontraba ese hombre rubio y apuesto, en ese momento sintió que el pecho le dolía.

¿Por qué no me miras con amor?

¡Solo quiero tu cariño!

No me hagas sufrir...

¡Por favor!

Nunca te he considerado mi hija

Athanasia comenzó a llorar en el hombro de Zero.

¿Quiénes eran?

¿Por qué la seguían esas voces?

Escuchar un llanto tan desgarrador y desesperado, escuchar esas palabras crueles que se dicen al final. Era muy horrible, no quería... ¡No quería escuchar más! ¡Detenganlo! ¡Es muy triste, por favor, no más!

Zero estaba preocupado, no pensó que Artie se fuera a poner así. Cada vez su llanto aumentaba. Y Félix no estaba mejor que Zero, el Emperador era muy aterrador y más para una niña pequeña, no sabía cómo ayudar.

La pequeña figura fue cargada por Zero, el cual solo siguió su camino al Ruby Palace siendo seguido por el caballero. Al llegar Lily claramente preocupada llegó corriendo a lado del peliplata y de Artie siendo seguida por las demás criadas, dándole de paso una mirada fulminante al caballero que se encontraba detrás de Zero.

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora