1. Princesa Encantadora

7.9K 720 107
                                    

Kaname, es mentira...¿cierto?

—Zero, yo...

—Si no crees en mis palabras, entonces permíteme demostrártelo con hechos—Yuuki dio media vuelta y bajo en poco la tela de su vestido que cubría su hombro izquierdo.—Esta es la marca del lazo de sangre, apareció cuando lo completamos. Kaname, muestrale tu también.

—No es..

—Kaname, muestra.—le interrumpió Zero, el castaño trataba de ver sus ojos, pero el cabello del contrario los cubría.

—No, Zero. No es como..

—Kaname, ¡deja que abra los ojos! Tiene que darse cuenta de las cosas, solo...

—¡Cierra la puta boca Yuuki! ¡Largo de aquí!—gritó con rabia el de ojos color borgoña.

Kaname agarró del cuello a la castaña con una mano a la vez que la alzaba y la ahorcaba. Sus ojos se tornaron de un rojo brillante, poco a poco ejercía más fuerza. Yuuki se aterró por un momento, ese no era Kaname, esa no era la persona que siempre trataba de protegerla, a ese paso iba a morir.

—¡Ya basta! ¡Solo muestra la maldita marca si es que hay una! Comprueba que no me has engañado, demuestra que hice bien en confiar en ti, ¡hazlo!.—Zero sentía como sus uñas se enterraban en las palmas de sus manos, pero no dolía. Estaba temblando un poco sin poder controlar las emociones que sentía en ese momento. Rabia, tristeza, decepción, pero muy dentro de él, en una parte de su corazón había esperanza, una luz pequeña, casi nada.

¿Yuuki mentía, verdad? Kaname no sería capaz, todos menos él. Su Kaname. Todo se arreglaría una vez acabara este malentendido.

El castaño miraba a Zero con desesperación y tristeza, a la vez que resignado alzaba su camisa mostrando parte de su cadera.

Había una rosa. Una maldita rosa idéntica a la de Yuuki, corroborando lo que había dicho anteriormente, demostrando que Kaname le había traicionado. Luego Yuuki terminó por romper su corazón.

—Además, estoy embarazada. Tendré al hijo del Rey de los vampiros, estoy esperando al bebé de Kaname.—sonreía de manera cruel a la vez que acariciaba su vientre, era su victoria. Le había arrebatado todo en un momento.

.

.

.

Abrió los ojos poco a poco, respiraba de manera agitada. No lograba ver mucho por los rayos de sol que le daban directo al rostro. De repente escuchó unos murmullos cerca.

—¿Estará bien?

—No sé, ¿y si está muerto?

—Oh, ahí viene Lillian.

Puso una mano en el suelo y se incorporó poco a poco, parpadeó un par de veces intentando que la ceguera temporal que le causó la luz del sol a su vista pasara.

—¡Mira esta vivo!

—¡Ustedes! Regresen a sus labores.

Luego de eso solo se escucharon pasos apresurados alejándose.

—¿Estás bien?—una voz gentil habló. Cuando Zero giró un poco el rostro para ver a la persona dueña de esa amable voz, se encontró con unos ojos de color azul, si veías más fijamente pareciera que una parte era un poquito más clara. Eran muy bonitos.—¿Qué fue lo que te pasó?

—Estoy bien.—sentía el cuerpo un poco pesado, pero aún así logró levantarse por completo con un poco de la ayuda de esa mujer.—No recuerdo muy bien cómo terminé aquí. Sería tan amable de decirme, ¿en dónde estamos? o... ¿qué es este lugar?

MoonlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora